Ecuador o el correísmo anticorreísta
Posted on 26/12/2017 by Fernando Díaz Villanueva in La ContraCrónica // 1 Comment
En abril de este año las elecciones presidenciales ecuatorianas las ganó Lenín Moreno del que se pensaba que iba a ser una marioneta manejada por Rafael Correa. Pues bien, no está siendo así. Moreno y su mentor llevan seis meses a la gresca y su ruptura ya es absoluta y seguramente irreversible. El nuevo presidente ha sometido a la gestión de su predecesor a una insólita auditoría y está poniendo los cimientos para que lo que conocemos como correísmo desaparezca, empezando por el propio Correa, cuya carrera política podría estar ya amortizada.
diazvillanueva.com por correo electrónico
Advertisements
Anuncios
¿Te ha gustado? ¡Compártelo!
- Haz clic para compartir en Facebook (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en Twitter (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en Google+ (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en Pinterest (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en WhatsApp (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en Telegram (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para imprimir (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para enviar por correo electrónico a un amigo (Se abre en una ventana nueva)
- Más
- Haz clic para compartir en LinkedIn (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en Reddit (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en Tumblr (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en Pocket (Se abre en una ventana nueva)
- Compartir en Skype (Se abre en una ventana nueva)
El correísmo no ha sido carisma, ha sido un ego vehemente hasta la náusea y un gentío que ha resultado ser una tropa de ávidos de poder y plata, un tropel de avenidos a las subvenciones y una tremolina de bolivarianos convencidos.
Lenín tiene claro que el correrísmo es impresentable y para sacudírselo ha decidido exponer sus vergüenzas y desmarcarse para ofrecer honestidad y sensata gestión. La idea es loable y los ecuatorianos se la están comprando, pero en política la experiencia recoge que siempre hay corrupción y en el bolivarianismo la experiencia recoge que no hay sensatez. Pero quién no quiere mejorar de pésimo a malo.
Un cordial saludo