Caixabankia

Se oficializó el jueves pasado por la noche aunque se llevaba semanas (por no decir meses) hablando del tema: Caixabank y Bankia se fusionarán o, para ajustarse a la realidad, Caixabank engullirá a Bankia, una entidad que nació hace diez años fruto de la fusión de Caja Madrid y Bancaja y que, dos años más tarde, fue nacionalizada para salvarla de un desastre seguro. El Estado se hizo con el control de la entidad y procedió a su saneamiento, empezando por un cuantioso ‘rescate’ de 22.500 millones de euros que salieron de las arcas públicas.

La nueva Bankia arrancó así una por el desierto que estaba aún muy lejos de concluir porque el Estado ha recuperado sólo una parte, unos 3.000 millones de euros. Pero el sector bancario no atraviesa su mejor momento. Los tipos bajos, la regulación, la irrupción de nuevos intermediarios financieros y la crisis económica colocan de nuevo a las entidades de crédito en el tirador. Son muchas menos que hace una década, pero se sigue insistiendo en las fusiones para ahorrar costes. Esa es hoy por hoy la única herramienta que poseen y así es como hay que entender este movimiento entre los dos grandes supervivientes de lo que un día fueron las cajas de ahorro.

En La ContraRéplica:

  • El monstruo de la deuda
  • Las conspiranoias
  • Patria y HBO como síntoma

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