Cash Luna y sus ‘noches de gloria’

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El predicador más famoso de Guatemala se llama Carlos Luna, conocido por su apodo Cash, que, en inglés, significa dinero en efectivo. Ha levantado un imperio evangélico en menos de veinte años. En 1994 fundó junto a su esposa la llamada “Casa de Dios” con unos pocos fieles, hoy reúne diariamente a miles en las instalaciones de su macrotemplo en las afueras de Ciudad de Guatemala, que se convierten en decenas de miles en las conocidas como “Noches de Gloria”, misas televisadas en directo a todo el país. En ella se dan cita prédicas amenizadas con música rock, testimonios, sanaciones y milagros. Algo digno de ser visto y que nos retrotrae a esas exaltaciones místicas en torno a la sagrada forma tan habituales en la España de la dinastía de los Austrias y que, a decir de los contemporáneos, eran el único modo de curar el hechizo que atormentaba a Carlos II, el último de sus vástagos.

El templo tiene unos 10.000 metros cuadrados, capacidad para 3.500 fieles, un aparcamiento de 1.100 plazas y un equipo de sonido de 40.000 vatios. Y se llena todas las semanas, de ahí que la Casa de Dios se haya metido en la construcción de otro aún más grande. El que están levantando un poco más allá, en la carretera de El Salvador, cuyas obras he tenido la ocasión de ver en persona, es grandioso. Da la impresión de que estuviesen edificando un pequeño estadio de fútbol. Todo sea por un espectáculo que, por lo demás, es muy acorde con los tiempos que corren en Guatemala, tiempos en los que el listo vive del tonto, y el tonto de su trabajo.