A pesar de que se les ha explicado por activa y por pasiva que los impuestos ya son muy altos en España y que con ellos corre pareja la recaudación (que marca máximos históricos), todo el equipo económico del Gobierno insiste en que hay que subirlos. Según la ministra de Economía cuando toca subirlos es exactamente ahora porque la economía va bien y, según ella, eso permite endurecer la carga impositiva.
Las declaraciones de la ministra llegaron después de que los empresarios aconsejasen al Gobierno no subir los impuestos ni el gasto público. Pero de nada ha servido porque el gabinete Sánchez, aparte de problemas con el doctorado de su jefe, parece atado de pies y manos por sus socios de Gobierno podemitas, cuya obsesión con los impuestos es patológica. Vamos a ver hoy con calma los cinco rejones fiscales que, como cinco toros en una corrida, nos van a empitonar por obra y gracia de Sánchez y sus amigos.
Los Estados tienen gastos y los gobiernos necesidades, y ambos precisan mucho, muchísimo dinero, en concreto el nuestro, siempre el nuestro. El Estado tiene el mecanismo extractivo legal y los gobiernos la voluntad ejecutora. El gasto del Estado condiciona primero una deuda inasumible y, más adelante, la imposibilidad de financiarse, y las necesidades de los gobiernos condicionan la constante presión hacia un mayor gasto. El actual gobierno está especialmente necesitado por lo que precisa aumentar el gasto y va a sacaros los higadillos legalmente y tratando de convencernos de que es por nuestro bien y por nuestra demanda de un concepto amplio de justicia. Ante tanta mentira, tanta violencia y tanta injusticia yo acato a mi amo sin rechistar. La mayoría acata igual que yo pero encuentra cierto alivio en el refunfuño.
Un cordial saludo.