Hasta el miércoles pasado, 28 de junio, los españoles trabajamos para pagar impuestos. Eso es lo que se extrae de un estudio que todos los años elabora el Think Tank Civismo. Son en total 178 días de 365 dedicados por entero al fisco. Una auténtica maldición que se antoja inevitable porque los gastos del Estado son elevadísimos y ni siquiera le basta con los impuestos ya que se endeuda por sistema. Eso, obviamente, no quita para que nos quejemos en voz alta.
Éticamente, los impuestos son un robo con coacción en el que se te usurpa arbitrariamente parte de tu propiedad bajo amenaza de cárcel y opción de exilio.
Ante esta realidad cabe una actitud lacaya de justificación de la extorsión en aras de un fin buenista, que permite aplaudir la coerción y no tener remordimientos al beneficiarse de la misma. También cabe una actitud libertaria de valorar y disfrutar la libertad propia y ajena permitidas, señalar la imposición y no aplaudirla.
Ambos, lacayos y libertarios somos esclavos, y podemos ser felices, aunque los libertarios no vemos, al mirar lo saqueado, nuestra propiedad y nuestros derechos. Y es una mirada a los demás, maravillosa.
Un cordial Saludo.