Ecuador o el correísmo anticorreísta

En abril de este año las elecciones presidenciales ecuatorianas las ganó Lenín Moreno del que se pensaba que iba a ser una marioneta manejada por Rafael Correa. Pues bien, no está siendo así. Moreno y su mentor llevan seis meses a la gresca y su ruptura ya es absoluta y seguramente irreversible. El nuevo presidente ha sometido a la gestión de su predecesor a una insólita auditoría y está poniendo los cimientos para que lo que conocemos como correísmo desaparezca, empezando por el propio Correa, cuya carrera política podría estar ya amortizada.

diazvillanueva.com por correo electrónico

Introduce tu correo y te avisaré de lo último

Ir a descargar

 

1 Comment

  1. El correísmo no ha sido carisma, ha sido un ego vehemente hasta la náusea y un gentío que ha resultado ser una tropa de ávidos de poder y plata, un tropel de avenidos a las subvenciones y una tremolina de bolivarianos convencidos.
    Lenín tiene claro que el correrísmo es impresentable y para sacudírselo ha decidido exponer sus vergüenzas y desmarcarse para ofrecer honestidad y sensata gestión. La idea es loable y los ecuatorianos se la están comprando, pero en política la experiencia recoge que siempre hay corrupción y en el bolivarianismo la experiencia recoge que no hay sensatez. Pero quién no quiere mejorar de pésimo a malo.
    Un cordial saludo

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.