Fernando III, el rey que nació sin reino

Fernando III de Castilla, primo de Luis IX de Francia, llegó a la santidad por las dos vías: la de las armas y la rezadora. Se las arregló para dar el empujón definitivo a la reconquista, conquistó casi toda Andalucía, Murcia y parte de Extremadura, lo que hizo de Castilla el reino cristiano más importante al tiempo que alentaba la construcción de fastuosas catedrales como las de Burgos o León, obras cumbre del gótico en España. Fernando fue santo por partida doble, pero nadie lo hubiese dicho porque no nació para rey.

Bibliografía

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  1. Ser fruto de un incesto no le lastró y fue capaz de poner a Castilla en el centro del mapa ibérico cerrando la posibilidad de expansión peninsular de Portugueses y Aragoneses, quienes tuvieron que replantearse su proyección territorial mirando la aguas a partir de entonces, con significativas repercusiones posteriores. Fue santo porque cumplió la voluntad de Dios entendiendo esa voluntad en función de la iglesia del momento. Fue uno de los políticos más eficaces de su tiempo eclipsado ante la magnitud de los logros de algunos de sus herederos.

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