Kavanaugh como síntoma

El Senado de EEUU confirmó este sábado al juez Brett Kavanaugh como miembro del Tribunal Supremo. Fue una aprobación ajustada: 50 votos a favor y 48 en contra. El Partido Republicano hizo pasar el rodillo con el cuenta en la cámara alta tal y como todos habían previsto. Todos menos los demócratas, que llevan un mes de campaña contra el candidato de Donald Trump a cuenta de una serie de acusaciones de abuso sexual que no se han llegado a demostrar.

La campaña, que alcanzó el paroxismo hace poco más de una semana con la comparecencia en el Senado de Brett Kavanaugh, ha alterado toda la agenda informativa estadounidense durante tres semanas. Al final prevaleció la Justicia. Nos puede gustar más o menos el juez Kavanaugh, pero nada impedía que formase parte del Tribunal Supremo. Y eso es, en definitiva, lo que cuenta.

1 Comment

  1. No sabemos qué está dispuesta a hacer la progresía estadounidense con tal de que no llegue un violador al Tribunal Supremo, veremos cuando se dé el caso. De momento ya sabemos a lo que está dispuesta con tal de que no llegue al Supremo un discrepante: acusaciones sin pruebas, hostigamiento y estigmatización. Ahora la progresía estadounidense tiene que asumir que, o bien Brett no es un condenado violador y se han dedicado a negarle sus derechos, o bien, que para ellos es un violador, pero el sistema institucional estadounidense no admite presiones de turbas y medios que aúllan y rabian, sin pruebas que sustenten sus convicciones. Todo esto de Brett pasará, pero quizás los votantes estadounidenses se hayan quedado con la copla de lo que la progresía quiere para ella y lo que le niega a los discrepantes. Desde aquí, en la distancia, ha quedado nítido.
    Un cordial saludo.

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