Los carolingios

Entre la caída del Imperio Romano de Occidente y el ascenso de los reinos de la Europa medieval se formó un efímero imperio en torno a la figura de un solo hombre. El hombre se llamaba Carlomagno y llegó a gobernar sobre más de un millón de kilómetros cuadrados que, en buena medida, conquistó él mismo. Sus posesiones iban del valle del Ebro al sur a la península de Jutlandia al norte, y de la costa atlántica al oeste a las llanuras del Danubio al este.

Fue, como digo, algo muy breve que duró apenas medio siglo: la vida de Carlomagno y la de su hijo Ludovico Pío. Tras ellos el imperio se disgregó creando el germen de algunos de los reinos que terminarían conformando Europa.

El periodo carolingio, a caballo entre los siglos VIII y IX, tuvo también una vertiente artística y cultural. Durante estos años se produjo un resurgimiento en el ámbito de las letras y las artes que tuvo gran influencia en movimientos artísticos posteriores. Un imperio y una dinastía que duraron poco, pero sin los cuales no se puede entender la Europa actual.

>>> En Los Viajes de Liligo: Aquisgrán en el centro

[amazon_link asins=’8497635493,8415043740,2806288363,8415930429,842185447X,8435016838,849827155X,B00KYS3CG2,8476006780′ template=’Bibliografia’ store=’f0279-21′ marketplace=’ES’ link_id=’cae17547-4381-4324-974a-86c5dcd5469c’]

Be the first to comment

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.