Hoy Alemania asume la presidencia del Consejo de la Unión Europea hasta el próximo 31 de diciembre. Pocas veces la presidencia, que rota entre todos los países miembros, ha sido tan oportuna como ahora. La Unión acaba de atravesar la mayor crisis sanitaria del último siglo y se enfrenta ahora a una crisis económica de grandes proporciones. No es habitual que una situación crítica como la actual coincida con los tiempos de la presidencia. Pero esto es lo que ha sucedido colocando a Angela Merkel y a su Gobierno en el centro de todo lo que se vaya a hacer a lo largo del próximo semestre.
El gabinete de Merkel quiere estar a la altura y que la Unión salga fortalecida, con el Brexit cerrado y todos los planes de estabilización económica aprobados. No va a ser fácil. Las crisis encadenadas han golpeado de manera desigual a los 27 países miembros, por lo que va a hacer falta mucha mano izquierda, mucho dinero y visión a largo plazo. El 1 de enero la presidencia pasará a Portugal, para entonces tiene que estar ya todo hecho. A Merkel no le sobra el tiempo y no le van a faltar problemas.
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