El jueves pasado el Congreso de Chile aprobó la reforma constitucional que permite a los trabajadores retirar hasta el 10% de sus fondos de pensiones para hacer frente a la crisis ocasionada por la pandemia. La propuesta fue aprobada de manera muy mayoritaria y con un inmenso margen de 116 votos a favor, 18 en contra y 5 abstenciones, por lo que queda lista para ser promulgada por el presidente Sebastián Piñera, que personalmente está en contra por lo que cabe la posibilidad de que se acoja a su derecho de veto o que lo recurra ante el Tribunal Constitucional.
De hacerlo así no sólo tendría a la oposición de frente, sino a buena parte del oficialismo. La reforma, de hecho, consiguió superar el trámite parlamentario gracias al apoyo de varios diputados afines al Gobierno. El presidente se encuentra, por lo tanto, ante una difícil encrucijada en un momento especialmente complicado, con la economía sufriendo los efectos de la cuarentena y con el recuerdo aún fresco de lo acontecido en los meses de octubre y noviembre.
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