Desde hace semanas se rumorea que el líder supremo de Corea del Norte, Kim Jong-un, ha muerto. Según apuntan estos mismos rumores, el mandatario habría sufrido un fallo cardiaco durante una visita a una granja. A partir de aquí unos apuntan que murió como consecuencia de una operación y otros que se está recuperando en una villa privada de Wonsan, en la costa oriental del país. El régimen norcoreano es extremadamente hermético. Oficialmente nada ha trascendido, pero hay algunos hechos que llevan a pensar que quizá ya no sigue entre nosotros y, si sigue, no está en condiciones de gobernar.
El pasado 15 de abril, fecha en la que se celebra el nacimiento de Kim Il-sung, abuelo de Kim Jong-un y fundador de la dinastía, no asistió a los actos programados para ese día, algo que nunca había sucedido. Esta no es, de cualquier modo, la primera vez que Kim Jong-un desaparece de escena. En otra ocasión no dio señales de vida durante más de un mes y cuando volvió a comparecer en público lo hizo auxiliado por un bastón.
Quizá nos encontremos ante algo parecido o quizá es cierto que Kim Jong-un haya muerto y el régimen se encuentre en estos momentos diseñando la sucesión. Ésta podría caer en su hermana, Kim Yo-jong, cuatro años más joven y responsable de la propaganda, pero eso es sólo una hipótesis entre varias.
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