Sánchez y Salvini echan un pulso

La crisis del Open Arms ha terminado por romper en España, cuya bandera es, por cierto, la que ondea en la popa del buque. Tras cerca de un mes deambulando por el Mediterráneo central las autoridades italianas le dieron permiso la semana pasada para desembarcar a los enfermos y los menores de edad, pero aún así quedan más de cien personas a bordo que, a parecer, se encuentran en situación crítica.

Al capitán le han ofrecido ir a Túnez, pero ha rechazado la invitación, también la de las autoridades maltesas. Ante la negativa italiana sólo quedaba España que, aunque muy lejos de la zona, ya acogió el año pasado al buque Aquarius en una situación similar. En aquel momento el pulso entre Salvini y Sánchez lo terminó ganando el primero. Este domingo el Gobierno español ofreció el puerto de Algeciras, pero Óscar Camps, presidente de la ONG armadora del buque, lo rechazó. También lo hizo con otros puertos alternativos más cercanos.

Camps sólo acepta un puerto italiano, concretamente el de Lampedusa, lo que nos viene a decir que el enemigo a batir es, de nuevo, Matteo Salvini, a quien se diría que todos quieren doblar el brazo, especialmente Pedro Sánchez. Pero no olvidemos un detalle importante, Salvini se encuentra ya en plena campaña electoral, Sánchez también.

En La ContraRéplica:

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