Donald Trump quiere volver a intentarlo en Afganistán a pesar de que en 16 años de guerra no se han conseguido casi ninguno de los objetivos que la coalición internacional se planteó en un principio. El presidente no ha dado más detalles y, precisamente por eso, toca plantear algunas cuestiones importantes sobre la nueva intervención. En aquel país todo se ha probado y nada ha funcionado. Quizá Trump nos sorprenda o quizá estemos en la antesala de un nuevo fracaso.
Cuando Alejandro Magno llegó a aquellas tierras con su literalmente invencible ejército, llegó con el mismo propósito con el que había salido de Macedonia: derrotar cualquier ejército opositor constituido, arrasar inmisericordemente las ciudades que no se doblegaban e irse dejando un plan de adhesión. a saber: presentarse como un libertador, dejar el control a los poderes locales previos, ahora afectos, sin importar credo y costumbres, poner en marcha un programa de desarrollo, fundando ciudades y mejorando y asegurando las rutas comerciales, y dejando clara una amenaza convincente: sin os rebeláis, volveré. Oye, y no tuvo que volver. Estos tiempos no son aquellos tiempos, pero sobre todo Donaldo, aunque tiene mejor ejército, carece de todo lo demás.
Un cordial saludo.
Has hablado Fernando de la opción de los bombardeos «en plancha» como algo absurdo e improbable.
Un dato filtrado: solo el año pasado se estima por la NSA que los ataques por drones mataron a unas 150.000 personas. El 5% eran objetivos «legítimos» (digamos). El 95% personas que pasaban por allí
No hacen falta bombardeos «en plancha» para que luego salgan fotos de niñas achicharradas por napalm. Es mejor poco a poco, que así la gente no se entera
No es nuevo, es fruto de una tradición angloamericana iniciada en la 2GM. Los americanos cuentan la milonga de los ataques de «precisión», que ya Erwin Rommel en sus diarios reflejaba escandalizado y horrorizado, el absoluto desprecio de los bombardeos de la 8ª Fuerza Aérea por la población civil en Francia
Saludos