Todos los caminos llevan a Roma

Hoy el mundo está lleno de carreteras. Hasta en los países más pobres y atrasados cuentan con una pequeña red viaria. Los más ricos tienen miles de kilómetros de autopistas bien pavimentadas que permiten viajar a gran velocidad, cómodamente y sin contratiempos. Pero no siempre fue así. Las carreteras han sido a lo largo de la historia la excepción, no la norma. Nuestros antepasados viajaban por caminos y senderos polvorientos en verano y embarrados en invierno o, directamente, por ningún camino.

Grandes civilizaciones que construyeron magníficos templos y soberbios palacios no se preocuparon por las vías de comunicación. Pero hubo una que hizo de los caminos una de sus señas de identidad: la civilización romana. Durante cientos de años levantaron en sus dominios la mayor red viaria de la antigüedad. Algo formidable: 372 grandes calzadas con una extensión de 400.000 kilómetros.

Muchas de ellas se siguieron utilizando durante siglos y aún hoy se conservan. Parte de la red de carreteras de los países del sur de Europa está construida sobre calzadas romanas. ¿Por qué lo hicieron?, ¿cuánto tiempo les llevó culminar semejante obra?, ¿cómo las construían? Estas y otras muchas preguntas vamos a respondernos hoy en La ContraHistoria.

En El ContraSello:

  • La batalla que nunca existió
  • La rebelión cantonal
  • Carlos IV y Napoleón

Bibliografía

https://diazvillanueva.com/apoya-la-contra/

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