Recep Tayyip Erdogan volvió a la carga el pasado domingo anunciando que una columna de 80.000 refugiados sirios se ha puesto en marcha y se dirige hacia el interior de Turquía. Los refugiados huyen de Idlib, una ciudad en el noroeste de Siria que está siendo tomada por el ejército sirio desde hace una semana. Erdogan va a dejar que transiten los refugiados por su país y se abran camino hasta las costas del mar Egeo, donde podrán dar el salto hasta la Unión Europea ocasionando una crisis como la de 2015.
El presidente de Turquía no busca tanto crear problemas en las fronteras de la UE como empujar a la OTAN a que le apoye en sus planes en Oriente Medio, donde pretende convertirse en una potencia regional. Pero esto no podrá hacerlo solo, necesita que la OTAN no interfiera y le apoye decididamente tanto en la propia Siria como en frentes secundarios en los que Ankara se está metiendo. Ese es el caso de Libia, donde Erdogan se ha mostrado partidario de intervenir directamente con tropas propias.
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