Cuando van de la mano el Gobierno con la negligencia suceden cosas como el ciberataque que puso en jaque el viernes pasado a Telefónica y otras muchas empresas de todo el mundo. Al parecer se realizó valiéndose de una herramienta diseñada en origen por la NSA para espiar a posibles terroristas. Esto unido a la falta de celo de los usuarios de software hizo posible (y extremadamente rápido) lo que parecía imposible, que cientos de empresas se paralizasen y el pánico se adueñase del mercado. La pregunta no es si volverá a suceder. Es cuándo sucederá otra vez.
Internet son vínculos, información y coordinación a cambio de cadenas, intimidad y vulnerabilidad. Si queremos el máximo de información, coordinación y vínculos, nos encontramos con que nuestra vida, nuestro trabajo y nuestra seguridad, se difuminan.
Internet ya no es opcional, decidir qué comparto, con quién, dónde y en qué contexto, aún sí. Mientras los hackers tengan ventaja tecnológica la usarán con intensidad y fruición, y no contar con ello, es indolencia. Que al Estado le viene grande un sistema incontrolable, es evidente, el drama es que es el monopolista de una seguridad que no puede proporcionar.
Un cordial saludo.