La semana pasada el Gobierno estadounidense anunció que se estaba planteando prohibir la comercialización de ciertos líquidos para cigarrillos electrónicos a raíz de una cadena de fallecimientos relacionados con el vapeo. Al parecer en todos los casos lo que vapeaban los afectados eran mezclas caseras que incluían líquidos de cannabis adquiridos en el mercado negro.
El asunto no ha tardado en cruzar el Atlántico y en España la ministra de Sanidad ha decidido incluir estos dispositivos vaporizadores en la campaña contra el tabaco. Pero vapear no es lo mismo que fumar y los diferentes líquidos que utilizan estos cigarrillos electrónicos no son tabaco. Algunos llevan nicotina, otros no. Ídem con los sabores. Luego la asimilación de ambas cosas es de una falta de rigor impropia en una ministra.
El hecho es que el número de vapeadores aumenta cada año ya que se ha demostrado como una alternativa menos perjudicial para la salud que el tabaco y un buen método para dejarlo. Así que vamos a indagar en las razones que han llevado a esta enésima batalla contra el vapeo.
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