Javier Milei fue recibido este martes por Donald Trump en la Casa Blanca en un encuentro cargado de simbolismo político, pero con un trasfondo económico. Milei, un firme aliado de Trump, busca apoyo para estabilizar la economía argentina, cuyo banco central tiene problemas de liquidez y la inflación se mantiene alta. En la reunión cerraron un paquete de asistencia financiera que el Tesoro de EEUU entregó hace unos días mediante un swap de divisas valorado en unos 20.000 millones de dólares, con idea de sostener el peso argentino y estabilizar el mercado. Este acuerdo es de vital importancia para Argentina.
Pero Trump condicionó la continuidad del apoyo financiero a la victoria de La Libertad Avanza, el partido de Milei, en las elecciones legislativas del próximo 26 de octubre. Esta advertencia causó mucho revuelo en Argentina, donde hasta la Bolsa de Buenos Aires se resintió. Las elecciones, aunque legislativas parciales, son un referéndum sobre las políticas de Milei, que llegó al poder en 2023 prometiendo recortes drásticos al gasto público en medio de una profunda depresión económica. Su partido, con menos del 15% de los escaños en el Congreso, tiene enfrente a una oposición peronista fortalecida que lidera las encuestas tras vencer por 14 puntos en las elecciones provinciales de Buenos Aires en septiembre.
Milei necesita mejorar su representación parlamentaria para avanzar en sus reformas, que no terminan de abrirse camino en un Congreso dominado por la oposición. A pesar de algunos avances, como la reducción de la inflación hasta dejarla en un 30%, la inestabilidad del peso sigue siendo un obstáculo. La dolarización, una propuesta inicial de Milei, podría estabilizar la moneda, pero no todos están de acuerdo con ella, empezando por su ministro de Economía, Luis Caputo, y siguiendo por muchos fondos de inversión que se benefician de operaciones de carry trade con el peso.
Para Trump apoyar a Milei es estratégico: una Argentina estable y económicamente exitosa inspiraría a otros países de Hispanoamérica y se erigiría en un contrapeso al populismo de izquierda que hoy gobierna en México, Colombia y Brasil. Trump ve a Milei como un abanderado del movimiento MAGA en la región. A su altura sólo está Nayib Bukele, pero Argentina es más grande e influyente que El Salvador. La relación entre ambos presidentes se basa en afinidades ideológicas, en un activismo similar y en un estilo combativo. Pero el hecho de que Trump condicione la ayuda al resultado electoral puede generar rechazo en Argentina, donde el peronismo sigue siendo una fuerza política y social muy bien consolidada.
El acuerdo económico trasciende lo financiero, trata de fortalecer lazos entre gobiernos afines, pero no deja de ser un parche. Para que Argentina resuelva sus problemas monetarios de una vez por todas debería plantearse la dolarización, algo que el propio Milei prometió durante la campaña. Al llegar a la Casa Rosada moderó su postura al respecto por lo que esa dolarización tendrá que venir acompañada de una presión activa desde Washington. Por el momento la ayuda del Gobierno Trump es un salvavidas temporal para Argentina, pero si no van más allá los problemas de liquidez volverán a aparecer.
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