Los resultados electorales en Cataluña arrojan alguna que otra sorpresa pero, en líneas generales, todo sigue como estaba. Los constitucionalistas vuelven a ganar en votos y los independentistas en escaños. El triunfo histórico de la candidatura de Inés Arrimadas no ha sido suficiente. Ciudadanos se coloca como la primera fuerza política con más de un millón de votos y 37 escaños. Le siguen Junts per Catalunya y ERC. El PP, por su parte, se derrumba y se queda con tres escaños en la cámara, un batacazo antológico.
Los votos independentistas han aumentado en 100.000 en 2 años, y en 30.000 respecto a los síes del referéndum del 1-O, ese donde según el Régimen todos habían votado 3 veces.
Y esto a pesar de que desde las terminales mediáticas del Régimen se ha amenazado con todo tipo de plagas bíblicas, a pesar de que la oligarquía patria y sus medios han impulsado a un partido financiándolo posiblemente ilegalmente (¿de qué Cs ha gastado más que todos los demás juntos?, ¿de dónde lo ha sacado?) y, sobre todo, a pesar de que los mandos de los independentistas han demostrado con su chapucerío y cobardía que son tan españoles como cualquiera
Ahora continuemos cerrando los ojos y repitamos el nuevo «mantra» de los voceros del Régimen: ¡victoria histórica de Arrimadas!, a ver si así la realidad cambia. Pero la realidad es testaruda, y empezar con la historia de que si estamos empatados y demás memeces, y no afrontar que si aumenta el independentismo puede ser porque el Régimen es una cochiquera, es terminar en derrota y desmembración del Estado. Estamos a una crisis económica de ello, crisis además inevitable con una deuda real del 150 % respecto al dato ese del PIB inventado que da el Gobierno (datos del BdE)
Llegan a ir unidos y barren en escaños. Y ni el «mantra» hubieran dejado a los de los trapos borbónicos. Pero claro, son tan españoles como uno nacido en la misma gruta de Covadonga, y lo que ha salvado la situación es que lo principal es pelearse entre sí.
Saludos
Tras las votaciones ilegales y las legales, ha quedado en evidencia que el secesionismo catalán no es una cuestión que se resuelva con urnas. Conseguir que ,quienes proclaman que se oponen a España, jamás accedan a las instituciones españolas y a la financiación española, es el camino que no se ha querido tomar. Toda la miseria moral de la política se justifica con una máxima: mejor revolver los conflictos con sucia política que resolverlos con bajas pasiones. En Cataluña la política ceba las pasiones.
Un cordial saludo.
El problema es que se ha permitido la financiación de todo el entramado secesionista sin la intervención del estado durante décadas. Otro problema es de ley electoral, porque en esta votación queda muy claro en dónde bebe el secesionismo: con una ley electoral que prima ciertas minorías (solo ciertas) sobre las mayorías no hay posibilidades de sacarlos del poder. Un tercer aspecto es que las fuerzas «constitucionalistas» no están unidas: el PSOE no juega en bloque. El PSOE está llamado a ser la fuerza centrífuga que liquide la Constitución de 1978 por inacción, por querer pactar con los nacionalistas, por querer recuperar el poder a toda costa y por pretender hacerse con el espacio político de Podemos. Además, por si esto fuese poco, Podemos no es constitucionalista: también quiere liquidar la Constitución del 78. El escenario es dantesco: la labor de Rajoy no es nada sencilla y tampoco podemos pretender, sin un amplio consenso, que arregle de un plumazo lo que ningún gobierno ha querido o podido arreglar desde la Transición. Lo positivo es que era necesaria una reacción de la llamada «minoría silenciosa» y esta se ha producido.
Ahora solo tenemos dos opciones: o vuelven al redil y gobiernan según la ley, o nos enfrentamos a otro 155, disfrazado de cualquier tipo de intervención económica o política. La secesión, en mi opinión, con este escenario y la deslealtad de PSOE y Podemos, es inevitable.