Día de la victoria sin victoria

Hoy, 9 de mayo, es una fecha muy señalada en el calendario festivo ruso. Celebran el aniversario de la victoria en la segunda guerra mundial con un vistoso desfile militar presidido por el presidente en la plaza roja. El de este año es el segundo desde que dio comienzo la invasión de Ucrania. El año pasado estuvo algo deslucido porque, a pesar de que la invasión había dado comienzo más de dos meses antes, el ejército ruso había desistido ya de tomar Kiev y se replegaba hacia el este del país. Quedaba por delante un verano en el que el Kremlin no fue capaz de dar la vuelta a la situación, al contrario, a finales de agosto los ucranianos desataron una ofensiva que alejó aún más el frente de ciudades como Odesa y Járkov.

Ha pasado un año desde entonces y las cosas no parecen haber mejorado. En catorce meses el que se decía segundo mejor ejército del mundo ha sido incapaz de culminar la invasión de Ucrania y deponer al Gobierno de Volodímir Zelenski, los dos objetivos que se propusieron cuando dio comienzo la llamada “operación especial”. De ambos, si es que alguna vez lo consiguen, hoy en día están aún muy lejos. En estos momentos sólo se registran combates esporádicos en la ciudad de Bajmut, el resto del frente permanece desde hace meses en una tensa calma y se espera una contraofensiva ucraniana para este mismo mes.

Ni Vladimir Putin ni nadie dentro del ejército ruso se veía de este modo hace un año, de ahí que no haya mucho que celebrar. La posición de Rusia es defensiva y no sólo en Ucrania. Dentro de sus fronteras se han producido algunos sabotajes y la semana pasada un dron se estrelló contra la cúpula del Kremlin. El Gobierno ruso responsabilizó a Estados Unidos, pero tanto en Washington como en Kiev niegan estar detrás del ataque. Un ataque, por lo demás, muy complicado. El espacio aéreo de Moscú es uno de los mejor protegidos del mundo, más aún en las cercanías del Kremlin. Eso ha llevado a pensar a algunos analistas que tal vez se trate de una operación de bandera falsa llevada a cabo por los servicios de seguridad.

El dron del Kremlin no ha sido el único incidente inexplicable en los últimos meses. Este fin de semana el escritor nacionalista Zajar Prilepin resultó herido en un atentado con coche bomba en la ciudad de Nizhny Novgorod a orillas del Volga. Prilepin ha sido una de las voces más significadas a favor de la invasión de Ucrania e incluso ha luchado en la guerra como voluntario. Putin culpó a Ucrania del atentado como ya sucedió en agosto del año pasado con el atentado que acabó con la vida de Daria Dúguina, hija de Aleksandr Dugin, un intelectual nacionalista cercano a los halcones de Putin.

Como era de esperar, los portavoces del Kremlin han anunciado venganza. El expresidente ruso y actual jefe del Consejo de Seguridad, Dmitri Medvedev, ha pedido públicamente la “eliminación física” del presidente de Ucrania. Margarita Simonián, la redactora jefa del canal de televisión RT, se preguntó si eso no era más que suficiente para que las cosas comenzaran en serio. Pero aparte de las soflamas patrioteras habituales, los principales noticieros no transmitieron las escenas de la explosión del dron, lo que lleva a pensar que, de haber sido una operación fabricada, se hizo para consumo externo.

Los ánimos de cara al 9 de mayo no son precisamente victoriosos. Sigue estando prohibido referirse en público a la invasión como guerra y algunos desfiles en pequeñas ciudades han sido suspendidos. El Regimiento Inmortal, una procesión muy popular de personas que llevan fotos de sus familiares que lucharon en la Segunda Guerra Mundial, también ha sido cancelado. No se sabe si esto se debe a que no hay mucho que celebrar, a que no quieren pasear fotografías de caídos por la calle para no levantar suspicacias o a que les falta equipo militar disponible para un desfile.

Para tratar este tema nos acompaña hoy en La ContraCrónica Martín Tuitero, propietario de una cuenta de Twitter que sigue al día la guerra de Ucrania ofreciendo infinidad de detalles sobre los movimientos en los distintos frentes. Tras más de un año dando seguimiento al conflicto Martín tiene una idea muy precisa de lo que sucede por allí y de cómo la guerra se ha complicado mucho para los invasores.

Be the first to comment

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.