El pulso de Sánchez

El miércoles pasado Pedro Sánchez sorprendió a propios y extraños publicando una “carta a la ciudadanía” en la red social X en la que se dolía por los ataques que está sufriendo y, especialmente, por las sucesivas informaciones en prensa sobre las actividades mercantiles de su esposa, Begoña Gómez. Esas mismas actividades dieron lugar la semana pasada a que un juzgado de Madrid, el 41, abriese diligencias sobre el caso. En la misiva Sánchez se muestra dolido y afirma que está “profundamente enamorado” de su mujer, por lo que se ha planteado si eso de seguir en el poder tiene o no sentido. Para valorarlo con más calma anunciaba que suspendía su agenda durante cinco días, justo hasta hoy, para decidir qué hace con su futuro.

La publicación recibió más de 40.000 respuestas en X y fue reproducida por toda la prensa nacional y buena parte de la internacional. Fuera de España ha generado cierta estupefacción pues no se recordaba algo así. Si un primer ministro quiere dimitir no tiene más que hacerlo con las debidas explicaciones, pero esto de dejar en el aire una posible renuncia con toda la incertidumbre que ello conlleva no se había visto nunca, al menos en Europa. Algunos medios internacionales bromearon sobre el asunto y The Economist tachó a Sánchez de “Drama King”, es decir, de rey del drama que trataba de dotar de sentimentalismo algo tan serio como una investigación judicial por presunta corrupción, y el hecho mismo de someter a semejante presión a uno de los principales países de Europa.

A lo largo de los últimos días se han convocado varias manifestaciones frente a la sede del PSOE en la calle Ferraz, unas a favor de Pedro Sánchez y otras en contra. En paralelo los medios han informado de forma muy sustanciosa sobre el tema y se han hecho todo tipo de predicciones sobre cuál será su futuro político. Dentro del PSOE ha cundido la alarma. El sábado se celebró un Comité Federal sin la asistencia de Sánchez y allí la plana mayor del partido y los líderes territoriales escenificaron un canto a la resistencia. Acusaron a la “derecha” y la “ultraderecha” de querer destruir a Sánchez e hicieron un llamado a la militancia para que saliese a la calle a a defender a su secretario general.

Al mismo tiempo en entornos de izquierda cercanos al Gobierno se difundió un manifiesto contra el “golpismo judicial y mediático” que destacadas personalidades han suscrito y difundido por la red. A partir de ahí todo enloqueció. En la televisión pública se ha llegado a pedir que se intervenga a medios de comunicación y se ha sometido a persecución y escarnio en redes sociales al juez que ha admitido a trámite la denuncia sobre las actividades de Begoña Gómez. A nadie se le escapa que la situación es grave y son muchos los que denuncian que el pulso que Sánchez está echando a todo el país es por una cuestión de mera supervivencia personal.

Para tratar este tema tenemos de nuevo a Rubén Arranz, que, como cualquier periodista español, ha asistido boquiabierto al indigno espectáculo de los últimos cinco días.

1 Comment

  1. Yo me aposté una cena y la he ganado, claro. Lo de este yonqui del poder es una pasada. Pero a mí lo que me escandaliza es el bajo nivel de esta sociedad podrida y moribunda. En un país donde se puede abrir una querella contra un ciudadano basando la acusación en recortes de prensa no pueden estar bien de la cabeza. Y, luego, la milonga de apoyar a la derecha o a la izquierda cuando AMBAS te achuchan, te amarran, te imponen sus políticas y solo buscan su beneficio, a estas alturas es de muy pocas luces.

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