Elecciones por duplicado

Las elecciones municipales y autonómicas de este domingo se han saldado con una gran derrota del PSOE y de sus aliados de Podemos, consolidando de este modo el cambio de ciclo político en España. El PP no sólo se ha hecho con la mayoría absoluta en Madrid (tanto en la comunidad como en la capital), sino que ha arrebatado al PSOE algunas comunidades autónomas que llevaban años convertidas en bastiones de la izquierda como La Rioja, Aragón, Extremadura, las islas Baleares y la Comunidad Valenciana. En Cantabria estas elecciones han puesto fin a dos décadas de Gobierno de Miguel Ángel Revilla, un regionalista muy cercano del PSOE. El único barón socialista que ha conseguido resistir con una mayoría absoluta es Emiliano García Page, que la ha mantenido por muy poco en Castilla-La Mancha.

En las municipales el castigo no ha sido menor. El Partido Popular ha obtenido casi un millón de votos más que el PSOE a escala nacional, lo que se traduce en tres mil concejales más. Los populares han ganado en las principales capitales de provincia y en todas las grandes ciudades con excepción de Barcelona, donde Ada Colau ha perdido la alcaldía. La victoria del PP ha sido arrolladora en algunos lugares, pero no en otros, donde dependerá de acuerdos con VOX para gobernar. Ciudadanos, cuyos resultados han sido meramente testimoniales, ha sellado su sentencia muerte. Ni siquiera en Madrid, donde tenían una candidata con cierto tirón, han conseguido representación. Es muy posible que tras estas elecciones el partido desaparezca.

En el otro extremo del espectro político estas elecciones suponen un varapalo para Podemos, que ha registrado los peores resultados de su corta historia. Desaparece por completo de Madrid y Valencia y allá donde mantiene representantes, son éstos tan escasos que no podrán volver al Gobierno en regiones como Aragón y Baleares. En Navarra, Murcia y La Rioja han conseguido mantenerse por los pelos, pero se han quedado tan debilitados que carecen por completo de margen de negociación con Sumar, la candidatura alternativa de extrema izquierda que hace dos meses lanzó Yolanda Díaz.

La noche electoral fue una fiesta en las sedes del PP y VOX y, como era previsible, un funeral en las del PSOE y Podemos. Pedro Sánchez, que había enfocado estas elecciones como un plebiscito personal evitó pronunciarse hasta el lunes por la mañana, cuando compareció desde el palacio de la Moncloa para anunciar la disolución inmediata de las cámaras y la convocatoria de elecciones para el próximo 23 de julio. La fecha, un tanto precipitada ya que está a menos de dos meses vista, es un golpe de efecto inesperado. Las elecciones generales se esperaban para finales de año y el propio Sánchez así lo había hecho ver en varias ocasiones.

El 1 de julio España asumirá la presidencia rotatoria de la Unión Europea y en verano no suelen convocarse elecciones ya que hace mucho calor en buena parte del país y coincide con las vacaciones estivales. Este cambio de opinión responde a la debacle socialista y está abierto a varias interpretaciones. Los hay que aseguran que esto ya lo tenía calculado. Otros se decantan por pensar que se trata de una improvisación sobre la marcha, pero no tanto para pillar por sorpresa al PP y VOX, sino para aglutinar todo el voto de izquierda. El país, entretanto, se prepara para alargar la campaña electoral dos meses más.

En La ContraRéplica:

  • Convocatoria electoral para el 23 de julio
  • Una Rusia sin Putin
  • La escena de Loretta

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