
Las elecciones europeas del pasado día 26 no ofrecieron grandes cambios. Las volvió a ganar el Partido Popular europeo aunque dejándose 38 escaños con respecto a 2014. Los socialistas también perdieron cediendo buena parte de sus diputados a liberales y Verdes. Esta es la lectura aritmética de los resultados, la que salta a la vista cuando miramos el diagrama de la cámara de Estrasburgo. Pero en estas elecciones, como en las anteriores, se despachaba otro asunto que tiene sin dormir a los líderes de la Unión desde hace años: el crecimiento del euroescepticismo.
Estas elecciones eran, además, las primeras después del Brexit, por lo que el asunto parecía más importante que nunca. En principio los británicos no iban a presentar candidaturas porque a estas alturas el Reino Unido ya debería estar fuera, pero, debido a la prórroga, si lo han hecho. Allí ganó el euroescepticismo, también lo hizo en Italia, Polonia y Hungría. En el resto del continente su resultado fue mucho más modesto, pero eso no es sinónimo de que el europeísmo optimista de otros tiempos haya vuelto.
Los oyentes traen:
- Reforma del celibato en el clero católico
- Los préstamos del ICO a los partidos políticos
- Carlos Alberto Montaner y el Instituto Juan de Mariana
- ¿Se solucionará lo de Cataluña?
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