El Gobierno envió ayer un requerimiento a la Generalidad para que explique si la DUI es real o simplemente un manifiesto sin consecuencias prácticas. Puigdemont tiene cuatro días para contestar, si no lo hace el Gobierno pondrá en marcha el artículo 155 de la Constitución. Todavía no se sabe en qué se substanciará pero supondrá el fin de la presidencia de Puigdemont, protagonista de un fracaso que empieza ahora a pasarle factura.
Los secesionistas no tienen razón, ni armas, ni son abrumadora mayoría, por lo que no se pueden imponer. El «proces» ha sido inventarse razones, perder la legalidad, asustar gente y empresas, hartar a los indiferentes e incitar al poder establecido. Un órdago sin cartas y sin ser la mano. Dejan su frente quebrado, una sociedad enfrentada y un barrizal político en donde chapotearán los partidos. Los sediciosos han conseguido algo inimaginable: han lavado la bandera española de toda mácula franquista y la han dejado bordada de ley, democracia y orden. Pasmoso.
Un cordial saludo.