
Un peculiar escándalo agita las aguas de la política española desde hace dos semanas. Se le ha dado en llamar «Caso Dina» en referencia a Dina Bousselham, antigua asesora de Pablo Iglesias en el Parlamento Europeo y hoy directora de un periódico muy cercano a Podemos. El asunto, a caballo entre la sección de sucesos, la crónica rosa y el periodismo de investigación, estalló en el mes de mayo y ha ido ganando volumen conforme avanzaban las semanas. Es un caso ya de por sí enrevesado que ya traté de explicar en A Contravía, pero que no ha hecho más que complicarse más a raíz de los ataques que Pablo Iglesias ha hecho contra los medios que informan sobre él.
Su socio de Gobierno, Pedro Sánchez, se ha puesto de perfil dejando que acribillen a Iglesias mientras él se aparta de la primera línea por primera vez en cuatro meses. Pero la actitud bronca de Iglesias no hace ningún favor a ambos, embarcados en la misma chalupa y con aviso de mar gruesa. Pocas veces un vicepresidente de Gobierno ha mostrado tanta debilidad y en política, como en los toros, la debilidad es preludio inevitable de abucheo en los tendidos y quizá de una buena cornada.
En La ContraRéplica:
- La difícil relación de Podemos y la prensa
- La carta-manifiesto de los intelectuales contra la intolerancia
- Caída y auge de la Bolsa
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