
El sábado pasado se cumplieron 60 años de la firma del Tratado de Roma, documento fundacional de la actual Unión Europea. Pero no hubo apenas celebraciones. El proyecto europeo hoy se encuentra estancado y atravesando una grave crisis, fracturado por fuera con el abandono del Reino Unido y por dentro con las tres problemas aparentemente irresolubles que han traído consigo toda una ola de nuevos partidos ferozmente anti europeístas. En todos los países de la Unión la cuestión es idéntico. La inmigración, los problemas económicos y la pertenencia a la UE copan buena parte del debate público. Esto llega, además, en un año electoral con comicios en Francia y Alemania, sus dos principales países.
Ave. Cambio de canal. Este es mejor y toca rendirse.
El número de fracturas de la UE es abrumador. Reducirlas a tres es de un optimismo francamente impresionante. Las que planteas son recientes y acuciantes pero no son las fundacionales, irresolubles y temibles. El espíritu de Roma fue establecer una estrategia que laminase los nacionalismos y totalitarismos que nos abocaban una y otra vez a la confrontación. Pues bien, nacionalismo y totalitarismo hay el los los populismos, la yihad, el brexit…Por otra parte, la descoordinación en política exterior hace que la inmigración, la seguridad y la diplomacia europeas sean sencillamente un galimatías. Además, la crisis económica ha dejado al Estado del bienestar y a la megaburocracia en evidencia.
La lista de fracturas es desoladora y las tres que comentas están indiscutiblemente entre las más acuciantes. Ojalá fueran «las tres fracturas» en vez de «tres de las fracturas».
Un cordial saludo.
No, no, no, el canal es el mensaje de voz. Y más con el vozarrón que tienes, condenado.
Como deseéis.