Estamos en el año de los máster y los doctorados. Por de pronto sendos master ya se han cobrado la cabeza de la presidenta de la Comunidad de Madrid y la de la ministra de Sanidad. La del presidente del PP está en el patíbulo en espera de que el Tribunal Supremo dictamine si el verdugo debe decapitar o no. Pero todo esto es caza menor al lado de Pedro Sánchez, presidente del Gobierno desde hace tres meses por una carambola y a quien el pasado le ha venido a ver en el peor momento.
Tras la sesión de control del miércoles se ha reactivado el caso del doctorado en la UCJC. No es una historia nueva, lo que es nuevo es el cargo que desempeña Pedro Sánchez. Su tesis ha provocado un escándalo mayúsculo en apenas 48 horas, escándalo que está en curso en estos momentos.
[os-widget path=»/diazvillanueva/tu-opini%C3%B3n-mejora-la-contracr%C3%B3nica»]
Pedro es doctor universitario, es decir, que es capaz de analizar críticamente un tema, llegar a conclusiones argumentadas y defenderlas ante expertos en la materia, y además es capaz de hacerlo con la máxima distinción. Esta realidad, que certifica la universidad Camilo José Cela, no se corresponde con la realidad de un señor que aún no ha expuesto públicamente una idea analizada críticamente, expresada coherentemente y defendida más de 48 horas. Algunos doctores en su materia opinan que la tesis de Pedro es una simpleza mal planteada y planea la duda sobre si es un trabajo suyo o coral. Si su título es copiado y/o regalado pues estará al empate con alguno de sus rivales políticos. Si es una bazofia original, entonces es la universidad la que empata y existe congruencia con el resto de su obra. Si es original y cum laude, yo personalmente no entiendo nada.
Un cordial saludo.