¿Quién bloquea a Gaza?

Poco se ha hablado estos días del aniversario del Estado de Israel. Alguna cosilla en los periódicos y poco más. Tiene lógica. Si hay algo en lo que coincide la intelligentsia occidental es en su rechazo unánime a Israel. La izquierda europea (algo menos la estadounidense) es abiertamente anti israelí. La derecha depende de lo nacionalista que sea. En España, por ejemplo, la Falange y allegados ideológicos, son muy críticos con Israel y, en general, con todo lo que tenga que ver con los judíos. Nada que sorprenda especialmente, la judeofobia es una vieja tara europea cuyos orígenes hay que buscarlos en la alta Edad Media.

Lo de la izquierda es más reciente. En los años cuarenta la de Israel era una de las grandes causas progresistas. Los socialistas europeos simpatizaban con los padres del recién nacido Estado israelita. De hecho, el primer país del mundo en reconocerlo fue la URSS de Stalin, que había previamente votado a favor de la partición del mandato británico de Palestina que otorgaba un Estado propio a los judíos. En aquellos años lo que decía Stalin no iba a misa, pero si era dogma de fe para todos los socialistas del mundo. En Moscú creyeron que Israel, nacido de entre los cascotes de la guerra, iba a convertirse en un país socialista plenamente identificado con la Unión Soviética y de ahí el apoyo incondicional. Tan incondicional que no tardaron en demostrarlo. Tras la declaración del independencia el 14 de mayo de 1948 los países árabes colindantes pidieron a la población musulmana local que abandonase Israel y acto seguido lo invadieron. Buena parte de las armas con las que los israelíes se defendieron en aquella guerra venían de la Checoslovaquia comunista.

Ahí radica la primera diáspora palestina. ¿Qué tiene esto que ver con lo que pasó el lunes en Gaza? Pues tiene que ver mucho porque lo que los gazatíes pedían era regresar a los pueblos y aldeas de los que salieron sus abuelos y bisabuelos hace 70 años. «Derecho al retorno» lo llaman. Acusan a Israel de haber expulsado a sus antepasados de sus casas para ocuparlas después. No fue así exactamente. Esos palestinos salieron por su propio pie a petición de sirios, egipcios y jordanos que se disponían a invadir Israel y borrarlo del mapa. Pero fracasaron, esa guerra la ganó Israel. Fue un inmenso error estratégico de la Liga Árabe que fue quien auspició la operación.

Israel consiguió retener el territorio asignado en el plan de partición de la ONU y, en el curso de la guerra, se hizo con una porción de lo que iba a ser el Estado árabe-palestino que nunca se llegó a proclamar. Se trazó entonces la llamada «línea verde«, que constituye hoy las fronteras internacionalmente reconocidas del país. Ahí quedó la cosa durante otros veinte años, hasta 1967 cuando una nueva coalición de países árabes intentó una nueva invasión coordinada. Volvieron a fracasar.

Esto ocasionó una segunda diáspora. Salieron palestinos en todas las direcciones: hacia Jordania, hacia Egipto y hacia el Líbano. No fueron bien recibidos en ninguno de estos países. La OLP, por ejemplo, que se había trasladado a Beirut, fue expulsada de allí y se instaló en Túnez hasta los acuerdos de Oslo, cuando el Gobierno israelí le permitió fijar su sede en Ramala. En esos acuerdos, suscritos por la Autoridad Nacional Palestina y que le valieron el premio Nobel a Yaser Arafat, la ANP renunció formalmente a todos los territorios dentro de la línea verde. Es decir, ellos mismos renunciaron al «derecho al retorno» de manera explícita y por escrito.

El pueblo palestino, especialmente esa parte que malvive en una Gaza atestada y semibloqueada, es más víctima de sus dirigentes y de los países árabes que de Israel. De los primeros porque llevan años utilizándolos como carne de cañón mientras les mantienen en la miseria y recocidos en un caldo de odio y venganza. De los segundos porque les prometieron hasta tres veces acabar con Israel y las tres veces incumplieron su promesa. Les han engañado generación tras generación y siguen haciéndolo de la manera más desvergonzada y criminal.

Los gazatíes se quejan, por ejemplo, de que los pasos fronterizos están cerrados y no se les permite volver a la tierra de sus ancestros. Lo de los pasos es parcialmente cierto. Los tres grandes puestos fronterizos de Gaza son el de Erez, el de Karni y el de Rafah. Los dos primeros con Israel, el tercero con Egipto. Los dos primeros están por lo general abiertos (salvo cuando se producen ataques en la frontera), el tercero está por lo general cerrado. Viajar de Gaza a Israel es difícil, hacerlo de Gaza a Egipto es poco menos que imposible. Respondámonos con sinceridad a esta pregunta: ¿quién bloquea realmente Gaza?, ¿los israelíes o los egipcios?

No me cabe la más mínima duda de que la situación en Gaza es angustiosa. Falta de todo y no hay expectativas para la población local, pero, ¿de verdad el mejor modo de solucionar ese problema es lanzar a la población civil contra una valla fronteriza custodiada por hombres armados? Quizá habría que mirar dentro de la franja para encontrar a los verdaderos responsables de que esta situación se haya enquistado. El pueblo palestino vuelve a ser, como se puede ver, un simple recurso perfectamente sacrificable para mantener activo un conflicto del que hay mucha, demasiada gente viviendo.

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2 Comments

  1. Desde 1948 Israel tiene soberanía, ya sea otorgada por la ONU, conquistada por la guerra o acordada en resoluciones, pactos o acuerdos de paz, y desde 1948 se la niegan e Israel la avala con armas. Estos días, Israel ha tomado una decisión soberana acerca de dónde ubicar la embajada estadounidense, le niegan esa soberanía desde Gaza e Israel la avala con armas. En Gaza no pueden decidir sobre la ubicación de las embajadas en Israel pero si pueden decidir sacrificar a algunos de los suyos para que se oiga su rechazo. Muerte y frustración es el negocio de los recaudadores de recursos para sus damnificados y para su causa. Pedirle a Israel que renuncie a su soberanía es inútil y es injusto, pedirle a Hamás que cambie de modelo de negocio es inútil pero es justo.
    Un cordial saludo.

  2. La linea verde es en el sentdo literal: cuando se mira una foto satelite Israel es mas oscuro y esa linea divisoria entre claro y oscuro pasa exactemente por la frontera. Israel es verde. Los paises que le rodean paramo

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