Setenta años de vértigo urbano

Uno de los crecimientos urbanos más llamativos de la historia de España es el de Madrid durante la segunda mitad del siglo XX. La Villa y Corte tenía al terminar la guerra civil en 1939 unos 900.000 habitantes. Había duplicado su población desde el cambio de siglo, cuando contaba con medio millón de almas. La ciudad creció considerablemente tras el derribo de la cerca en 1868. Se expandió hacia el norte y el este con nuevos barrios como el de Chamberí, Argüelles o Salamanca. Los madrileños vivían hacinados dentro de los límites de la cerca, que databa de principios del siglo XVII. Cuando se tiró abajo la ciudad tenía unos 250.000 habitantes. No cabían muchos más en tan poco espacio. El ensanche, llevado a cabo mediante el llamado Plan Castro permitió que la ciudad respirase y la población creciera de una manera ordenada.

El resultado fue el estirón de las tres últimas décadas del siglo XIX y las cuatro primeras del siglo XX. En este tiempo se levantaron algunos de los edificios más emblemáticos de la ciudad como el Palacio de Comunicaciones de Cibeles (hoy sede del ayuntamiento), la Biblioteca Nacional, el Banco de España, la estación de Atocha o la plaza de toros de las Ventas. También fue en esta época cuando se abrió la Gran Vía. Pero ese crecimiento, que a quienes lo vivieron les pareció vertiginoso, sería sólo un aperitivo de lo que vendría después, tras los desastres de la Guerra que en Madrid se sustanciaron en un prolongado sitio de las tropas nacionales que se extendió durante casi tres años.

En 1946 la Fuerza Aérea de los Estados Unidos sobrevoló la ciudad para fotografiarla con precisión. El régimen franquista, que sobrevivía aislado tras la derrota de las potencias del Eje en la guerra mundial, nada pudo hacer para impedirlo. Tal vez los estadounidenses hacían acopio de información por si los aliados decidían finalmente invadir España y aventar a Franco. Esa invasión nunca se produjo, una década más tarde el presidente Eisenhower se dejó caer por Madrid para sellar una alianza con el Gobierno español, que había hecho del anticomunismo una de sus señas de identidad.

Entre medias quedó ese vuelo fotográfico de la US Air Force que terminó siendo un regalo para los geógrafos españoles. Hasta esa fecha sólo se había hecho uno en 1927. Lo realizó una empresa privada llamada CEFTA (Compañía Española de Vuelos Fotogramétricos Aéreos), fundada por el pionero de la aviación Julio Ruiz de Alda. Eran vuelos caros porque al vuelo había que sumar el trabajo fotográfico. La economía no estaba en el 46 para este tipo de dispendios, de modo que los estadounidenses hicieron sin pretenderlo una gran contribución a la aerofotografía española.

Si comparamos la extensión de la ciudad aquel año, poco después de acabar la guerra, y la actual, se visualiza bien el crecimiento exponencial de Madrid durante los últimos setenta años. Hoy la ciudad tienen 3,2 millones de habitantes y su área metropolitana unos 5,5 millones según el Atlas de la Comunidad de Madrid. Sirva esta galería de testimonio fotográfico de cómo una pequeña capital europea se convirtió en la tercera ciudad de Europa occidental en medio siglo. Clic para ampliar la foto.

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