Threads, X y la guerra de las redes sociales

El mercado de las redes sociales parecía maduro, consolidado y prácticamente inmutable, pero a lo largo de los últimos meses se están produciendo algunos movimientos empresariales que prometen traer cambios de calado. El trasfondo hay que ir a buscarlo a la adquisición de Twitter por parte de Elon Musk el año pasado. Musk entró en la empresa con intención de reinventarse una red social muy popular y polémica, pero que atravesaba una crisis de credibilidad y arrastraba infinidad de problemas financieros. Los cambios que ha ido aplicando Musk a Twitter culminaron la semana pasada con la conversión de esta red social en algo nuevo llamado X. Se entiende que será algo nuevo porque, al menos por ahora, sólo ha cambiado el logotipo, en todo lo demás permanece igual.

Los planes de Musk para X son muy ambiciosos. Linda Yaccarino, la directora general de la compañía, informó de forma somera en qué consistiría el nuevo Twitter y, lo más importante, en que se diferenciaría del antiguo. Yaccarino dijo que, aparte de la mensajería, X incorporaría capacidades aumentadas para audio, vídeo y servicios bancarios. La música sonaba familiar. Musk ya había hablado antes de sus intenciones de utilizar Twitter como base de una aplicación que serviría para todo y que llevaría por enseña “X.com”, un dominio que sirvió a Musk para estrenarse en el mundo corporativo a finales de los 90 con un banco online que terminó convirtiéndose en PayPal. Musk quiere que X se convierta en la institución financiera más grande del mundo que sirva tanto para poner un tuit como para hacer negocios o realizar pagos. Algo similar, en definitiva, a lo que los usuarios chinos hacen con WeChat.

La inesperada aparición de X vino precedida del lanzamiento de Threads por parte de Meta, la matriz de Instagram que quiere aprovechar su gran base de usuarios para ofrecer un nuevo servicio que compita directamente con la empresa de Elon Musk. No es la primera vez que a Twitter le aparecen competidores en la red, pero hasta ahora todos han fracasado. Junto a otros servicios que ya existían como Gab o Parler, tras la adquisición de la empresa por parte de Elon Musk emergieron dos nuevas redes: Mastodon y Bluesky, creada esta última por Jack Dorsey, el fundador de Twitter, pero ninguna ha conseguido despegar y alcanzar una masa crítica de usuarios.

Con Threads quizá la cosa sea distinta. Nace apadrinada por un gigante tecnológico y tiene como punto de partida los mil millones de usuarios de Instagram que disfrutan de acceso automático a la nueva aplicación llevándose consigo a todos sus seguidores. La oferta parecía irresistible, se trataba de un clon de Twitter en el que además no había que empezar de cero. Durante la primera semana Threads batió récords de descargas en las tiendas de aplicaciones. Tras unos primeros días de gran expectación, a mediados de mes empezó a perder atractivo. Los usuarios no encontraban muchas de las funcionalidades que ya tenían en Twitter como los mensajes directos.

Fue en ese momento, aprovechando la debilidad momentánea del adversario, cuando Musk decidió dar el paso y anunciar a bombo y platillo el nacimiento de X. Y es eso mismo lo que se ha abierto, una inmensa x que despejará el tiempo. Nadie sabe si esta decisión servirá como revulsivo para un Twitter que ha ido a menos en los últimos meses. Su facturación publicitaria se ha desplomado y ha visto como una parte de sus usuarios abandonaban la red social o limitaban su uso por el ambiente tóxico que reina en ella. Si Musk consigue salirse con la suya alumbrará una red social completamente nueva y muy diferente a la que compró en octubre del año pasado.

En La ContraRéplica:

  • Las cuentas verificadas
  • ¿Quién vota a Bildu?
  • Crisis de vivienda en los Países Bajos

Be the first to comment

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.