Tres años después del Brexit

Esta semana se han cumplido tres años de la salida del Reino Unido de la Unión Europea. Han sido tres años muy convulsos en todos los ámbitos por lo que cuesta hacer un balance equilibrado. Apenas mes y medio después de formalizarse el trámite el día 31 de enero de 2020 se presentó de golpe la pandemia de covid-19, que en el Reino Unido provocó el colapso de su sistema sanitario durante las primeras semanas y más de 200.000 muertes confirmadas. Tras superar la pandemia y sus restricciones, algo que en aquel país quiso hacerse de la forma más rápida posible decretando un “freedom day” en julio de 2021, el mundo se precipitó en una crisis energética y en infinidad de problemas geopolíticos ocasionados por la invasión rusa de Ucrania.

El país, entretanto, ha quemado tres primeros ministros; Boris Johnson, que tuvo que dimitir tras una serie de escándalos el año pasado; Liz Truss, que estuvo sólo cincuenta días en el poder; y Rishi Sunak, exministro de Hacienda de Johnson que fue elegido por el parlamento a finales de octubre. Los vaivenes políticos han sido un reflejo de la inestabilidad económica. Hoy el Reino Unido atraviesa una recesión, los precios están por las nubes, las huelgas abundan y el descontento popular está muy extendido.

No era esto lo que se esperaban hace tres años. En aquel entonces Boris Johnson anunciaba satisfecho que el Brexit, aprobado por referéndum tres años y medio antes, traería bienestar económico y grandes oportunidades para todos los británicos. El país podría explotar todo su potencial fuera del bloque comunitario y muchos de los problemas que arrastraba desde tiempo antes desaparecerían como por ensalmo. El primer ministro hablaba de ello como de una segunda independencia que les había costado sangre, sudor y lágrimas conquistar.

Lo cierto es que, al menos hasta ahora, ha sucedido lo contrario si tomamos los principales indicadores como referencia. Los sondeos muestran, además, que los británicos que lamentan haber abandonado la Unión Europea son más que los que lo celebran, una situación invertida a la que se daba hace tres años. Pero el Gobierno no puede echarse atrás y está tratando de hacer ver a la ciudadanía que la decisión fue la correcta y que el modo en el que se negoció la salida fue el mejor posible.

Como es obvio, el Brexit no es lo único que explica la atonía económica del Reino Unido, pero ha contribuido decisivamente ya que su desempeño durante estos años críticos ha sido mucho peor que el de otras grandes economías europeas como la alemana, la francesa o incluso la italiana. El Reino Unido es el único país del G7 que no ha recuperado su PIB previo a la pandemia y en ello ha tenido mucho que ver el impacto que el Brexit ha tenido sobre la inversión y el comercio internacional. La inversión ha crecido mucho menos que en otros países como Alemania o Estados Unidos en el mismo periodo y lo mismo ha sucedido con las exportaciones, que siguen dirigiéndose fundamentalmente a la Europa continental.

Para muchos británicos el Brexit ha supuesto lo más parecido a darse un tiro en el pie, para otros sigue constituyendo una oportunidad que el país puede aprovechar si hace lo que tiene que hacer. A fin de cuentas, sólo han pasado tres años, muy anormales, por lo demás. A juicio de algunos analistas habrá que esperar algo más de tiempo para sacar conclusiones definitivas ya que todavía es pronto para saber si fue bueno o malo salir de la Unión Europea.

En La ContraRéplica:

  • Contra la guerra de Ucrania
  • Acuerdo UE-Marruecos
  • El policía infiltrado

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