Yolanda Díaz y la agonía de Podemos

El domingo de ramos, a modo de premonición del calvario que está por venir para sus antiguos compañeros de Podemos, Yolanda Díaz presentó en el polideportivo Magariños de Madrid su candidatura a la presidencia del Gobierno para las próximas elecciones generales, que se celebrarán en el último trimestre del año. La plataforma que la hoy vicepresidenta segunda creo hace unos meses para propulsar sus propias aspiraciones políticas se llama Sumar. A lo largo del último año ha ido recorriendo toda la geografía española organizando encuentros con simpatizantes en lo que su equipo de comunicación denominó “proceso de escucha”.

La escucha acaba de terminar y, por lo que pudimos ver hace una semana en Magariños, a Yolanda Díaz le han dicho que debe ponerse por su cuenta y lanzarse a por todas, pero carece de partido propio. Yolanda Díaz, militante de Izquierda Unida durante muchos años, coqueteó primero con el nacionalismo gallego y luego, ya con la irrupción de Podemos, se arrimó al entorno de Pablo Iglesias. Con Podemos consiguió un escaño en el Congreso de los Diputados por la provincia de Pontevedra y fue una de las elegidas para recibir una cartera ministerial tras el pacto entre PSOE y Podemos de finales de 2019. Desde entonces ha ido con mimo y paciencia labrándose su propia fortuna política. Es una de las ministras mejor valoradas por la opinión pública y la favorita de la prensa afín al Ejecutivo.

El desafío que tiene por delante es aglutinar de nuevo en torno a una sola lista a todo el espacio político que ocupó Podemos durante sus mejores años. Las cosas, sin embargo, son ahora muy distintas a como estaban en aquel entonces. Podemos sigue ahí, exangüe y medio acabado cierto es, pero aún con vida. Las confluencias regionales le abandonaron hace ya tiempo y esas mismas confluencias son las que quiere atraerse ahora Yolanda Díaz. Esta OPA hostil contra su antiguo partido ha hecho estallar una guerra a muerte en la extrema izquierda. De un lado Yolanda Díaz y su personalísimo proyecto, del otro Pablo Iglesias y lo que queda de Podemos. Iglesias está desde hace dos años retirado de la política, pero desde los medios de comunicación en los que colabora y, especialmente, desde su nueva televisión influye de forma decisiva en los votantes de esa parte del espectro ideológico.

Para Pedro Sánchez, entretanto, que Yolanda Díaz se salga con la suya y sustituya a Podemos es de vital importancia para su supervivencia política. Sin una formación fuerte a su izquierda no podrá ni plantearse seguir en la Moncloa. Sus socios están muy desgastados, tanto como él mismo, por lo que urge un lavado de cara que rejuvenezca la marca y movilice a su electorado. Las elecciones generales son dentro de unos meses, pero para las municipales y autonómicas del 28 de mayo falta poco más de mes y medio. Esa será la prueba de fuego de este experimento que Yolanda Díaz ha puesto en marcha. De cómo salga Podemos de ese brete dependerá que pueda darles la puntilla.

Para hablar de este tema nos acompaña hoy en La ContraCrónica Luca Costantini, que no sólo es uno de los periodistas que mejor conocen Podemos, se trata también de todo un experto sobre Yolanda Díaz, a quien ha dedicado su último libro “Yolanda Díaz, la seducción del poder”, publicado por La Esfera de los libros y disponible en todas las librerías desde hace unos días.

El libro de Luca Costantini: «Yolanda Díaz, la seducción del poder»

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1 Comment

  1. Para una gallega, sorprende sobremanera lo estúpidos que estáis siendo los que vivís más allá del Telón de Grelos. Aquí, a la Yoli ya la tenemos calada hasta el tuétano y sabemos que es una inútil integral, una petarda esférica, una insoportable levedad del que quiere pero no puede ser. Capitana del No por bandera, jamás ha conseguido ni un sólo éxito personal ni mucho menos laboral. Ha destruido todo lo que tocó mientras acuchillaba por la espalda a todos los que han creído alguna vez en ella (lo que les está bien empleado, por tarugos). De larga estirpe de vagos y mentirosos, es la garrapata que se sube a todos los galgos que la impulsan en su eterna huida hacia adelante dejando atrás tan sólo tierra quemada y un apestoso tufo a muerto. Ahora os toca padecerla a vosotros porque aquí ya la corrimos a gorrazos y no puede volver. Que os sea leve, nachiños.

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