Da comienzo hoy la campaña de las autonómicas catalanas. Una campaña extraña. Dos de los candidatos no estarán presentes: uno porque está en la cárcel, otro porque está huido de la Justicia en Bélgica. En el frente judicial el juez Llarena liberó esta semana a todos los consejeros con excepción de Junqueras y Forn, respecto a Puigdemont el Supremo ha decidido revocar la orden internacional de busca y captura. Buenos motivos tiene para hacerlo. Todo está en su sitio, las espadas en alto. Puede empezar el combate.
Comienza la campaña electoral de las atropelladas elecciones post 155, en las que el constitucionalismo se presenta sin haber resuelto ninguno de los problemas de fondo y los secesionistas se presentan legalmente pese a haberla liado parda. Y la ocasión va a reflejar el triste panorama catalán, con frentismo social y bloqueo institucional. La ruptura social deberán arreglarla los catalanes con serenidad, tiempo y el afecto que se profesan. El bloqueo institucional es inexorable y el principal generador de crispación social. Ni un presidente independentista puede traer la independencia ni un presidente constitucionalista puede revertir décadas de atropellos legales. Se prevé una participación masiva, como si votar pudiera resolver odios, abusos e idiotez, tan solo los va a dibujar detalladamente y va a calmar la sensación de impotencia de todos.
Un cordial saludo.