Chile ya está en el primer mundo

El pasado domingo Sebastián Piñera tomó posesión de su cargo como presidente de Chile para los próximos cuatro años. Prometió crear empleo, elevar los salarios y transformar a Chile en un país desarrollado. Poco después en una entrevista para la CNN puso fecha a la proeza: será en 2025 cuando Chile se incorpore al primer mundo. No es la primera vez que lo dice. En 2012 ya aseguró que Chile pasaría a formar parte del selecto club de países desarrollados. En aquel entonces decía que sería en 2020. Años antes, en 2007, un ministro de Michelle Bachelet había puesto la misma fecha y en el año 2000, el entonces presidente Ricardo Lagos, vaticinó que el desarrollo se alcanzaría en 2010. Como vemos es una auténtica obsesión nacional. Lo que quizá no saben los gobernantes chilenos es que su país ya está en el primer mundo.

Claro, que antes de nada deberíamos determinar qué es un país del primer mundo. ¿Cómo se mide eso? Lo cierto es que no está del todo claro porque depende del índice que utilicemos. Muchas veces ni siquiera eso, el primer y el tercer mundo se identifican mentalmente sobre el mapa: EEUU, Canadá, Europa occidental, Australia y Japón son el primer mundo y todo lo demás el tercero. Eso quizá era así en los años setenta, pero hoy no lo es en absoluto. El mundo ha cambiado mucho en los últimos cincuenta años y quizá resulta que no sólo hay dos mundos, sino varios porque aunque Malasia y el Chad figuren mentalmente en el tercer mundo a la vista está que no se parecen en nada.

Si vamos a la definición estándar el primer mundo sería el conjunto de países que han logrado un alto índice de desarrollo humano, que gozan de altos niveles de vida y en los que la riqueza está bien repartida. El indicador habitual, el PIB per cápita, es, por lo tanto, algo engañoso aunque si es cierto que sirve como termómetro. Si miramos los datos que ofrece el FMI del año 2017 encontramos en la parte alta de la tabla a los emiratos petroleros del golfo Pérsico (Qatar, Kuwait… etc), a paraísos fiscales (Hong Kong, Singapur) y a los países de Europa occidental, Norteamérica y los de extremo oriente como Japón o Taiwán. Abajo están países africanos como el Congo, Burindi o Eritrea.

Según estos datos el país más rico del mundo es Qatar con 124.000 dólares per cápita y el más pobre es la República Centroafricana con 681 dólares. El FMI mide 187 países, es decir, más o menos todos los del planeta con algunas excepciones como Somalia, cuyos datos macro o son inexistentes o no muy fiables.

¿Dónde está Chile en esa tabla? En el puesto 56, justo debajo de las islas Bahamas y por encima de algunos países de la Unión Europea como Croacia, Rumanía o Bulgaria. Chile tuvo el año pasado una renta per cápita de 24.588 dólares, 3.000 menos que Grecia y 6.000 menos que Portugal. Mirándolo así no desentonaría dentro de la UE. Estaría en algún punto entre los países del este y los del sur.

Podríamos pensar que el PIB per cápita no es del todo fiel para reflejar el bienestar de los ciudadanos de un país. En parte estaríamos en lo cierto. Países como Guinea Ecuatorial figura en lo alto de la tabla porque hace unos años encontraron petróleo, pero la mayoría de ecuatoguineanos siguen siendo pobres de solemnidad mientras la renta petrolera beneficia sólo a la camarilla del presidente.

Vayamos entonces con otro índice, el de desarrollo humano, que es el que emplea la ONU. El IDH es un indicador sintético que aúna ingreso per cápita, esperanza de vida y años de escolarización. Midiendo con este índice el país más rico del mundo es Noruega, cuya puntuación es de 0,949. El más pobre es de nuevo la República Centroafricana con una puntuación de 0,352.

¿Dónde está Chile en el índice de desarrollo humano? En el puesto 38 con una puntuación de 0,847, justo debajo de Lituania y por encima de Portugal, de Croacia, de Hungría… e incluso de Kuwait. De nuevo nos encontramos con que no llamaría la atención para mal dentro de la UE. La ONU califica a todos los que están por encima de 0,8 como países de «muy alto desarrollo humano». Son un total de 51, Chile está entre ellos.

Pero, claro, esto a fin de cuentas no son más que números. La realidad podría ser muy distinta. Bien, vayamos a los hechos.

Para empezar está en la OCDE y ahí no entra cualquiera, sólo los países con economía realmente poderosas y estables. Chile entró en 2010 junto a países del este de Europa como Estonia o Eslovenia, que no son precisamente naciones subdesarrolladas. Todos los países de la OCDE a excepción de Turquía y México son considerados del primer mundo.

Si bajamos a lo material, al país propiamente dicho, al Chile en el que viven los chilenos también nos encontramos con un país desarrollado. Tiene ciudades como Santiago o Valparaíso perfectamente equiparables con las del primer mundo. Tendrán sus barrios malos, pero también los tienen las ciudades europeas. Las ciudades chilenas tienen, además, la peculiaridad de estar construidas de tal manera que los frecuentes sismos de aquella zona apenas les afectan. No se puede decir lo mismo de otros países que rodean el cinturón de fuego del Pacífico.

La infraestructura de comunicaciones es también de primera fila: buenas autopistas, vías férreas, puentes, túneles… y una excepcional conexión a Internet. Un 78% de los chilenos se conectan a la red habitualmente. Tiene una tasa de penetración superior a la de Israel (72,5%), a la de Polonia (72,4%) y a la de Portugal (67%). El servicio de telefonía móvil está al nivel de cualquier país europeo. Tiene cuatro operadoras (Entel, Movistar, Claro y WOM) y un puñado de operadoras virtuales con redes 4G desplegadas y en crecimiento. Algo similar sucede con la infraestructura portuaria y la aeroportuaria. El aeropuerto de Santiago es uno de los más modernos de América y es el centro de distribución de tráfico de una aerolínea global como LATAM, cuya sede central está en el mismo Chile.

Además de todo lo anterior es un país muy seguro. Su tasa de homicidios es inferior a la de Estados Unidos y en América sólo Canadá exhibe una mejor. Poder andar tranquilamente por la calle es uno de los síntomas definitivos de desarrollo, pero hay alguno más, en concreto uno que suele pasar desapercibido. Sólo hay 38 países en el mundo dentro del programa de exención de visado para entrar en EEUU. Todos son desarrollados. Chile es uno de ellos.

Más en La ContraCrónica

Ir a descargar

[amazon_link asins=’9568825045,B00CLENHMG’ template=’CarruselSinEncabezado’ store=’f0279-21′ marketplace=’ES’ link_id=’be1e47f2-27fb-11e8-b3c2-a3106de32d9a’]

diazvillanueva.com por correo electrónico

Introduce tu correo y te avisaré de lo último

 

2 Comments

  1. Estuve en Brasil (Sao Paulo) y en Chle (Santiago, Viña del Mar y Valparaíso) hace dos años. La impresión (que no conocimiento) fue que Chile está mas desarrollado que Brasil, se ve una economía mas dinámica y un aspecto de mas desarrollo. Sin embargo, Valparaíso tiene el aspecto de una ciudad abandonada, con muchos barrios donde no se han pintado las casitas en muchas décadas, salvo unas cuantas zonas turísticas. El sistema de autobuses de Viña del Mar (la Marbella de ellos) es de un país en desarrollo; viajé en esos microbuses y eran viejos, sin aire acondicionado, suelen tener asientos rotos y sucios y hasta viajaban con la puerta delantera abierta para que entrara el fresco y cuando tomaban alguna curva, o te agarrabas o te caias al suelo. Cuando salí de noche lo hice asustado, porque todo el mundo con los que hablé me dijeron que era peligroso (me dijeron que si me robaban que les diera el dinero porque allí matan) y, de hecho estaba sentado en el paseo marítimo de Viña y casi me roban. Además se me ocurrió comer la típica empanada chilena de un puesto de la calle y cogí una bacteria que casi me lleva al hospital, con una virulencia que me dejó bastante enfermo. Es cierto que el aeropuerto es muy moderno y super limpio, que tiene buenas autopistas y con un alto desarrollo de internet y telecomunicaciones; sin embargo mi movil no se conecó a la red (y en Brasil si) y mi tarjeta no la pude usar en ningún cajero (lo intenté en el Bbva y Santander) y sin embargo si pude hacerlo en Brasil. Además caminas por enclaves buenos de Santiago y de Viña y se ven numerosos vendedores ambulantes que ponen una mesa de madera y se ponen a vociferar sus productos, algunos de esos vendedores con una avanzada edad. Es cierto que la renta per cápita ha aumentado mucho y está a niveles de ciertos países europeos, pero tengo amistades allí y me cuentan como mucha gente usa las tarjetas de crédito para comprar comida y cosas básicas porque el salario no les da para lo básico.
    En resumidas cuentas, es un país que ha prosperado mucho; todavía le queda bstante para alcanzar niveles decentes, y posiblemente los logrará; y así espero porque tengo amistades allí y, además, me sentí muy querido por ese maravilloso pueblo que es el chileno.

  2. El primer mundo es paz, seguridad, justicia y seguridad jurídica, sociedad abierta, fronteras permeables y oportunidades para prosperar. Hay pobreza en el todos los mundos pero en el primer mundo hay posibilidades reales de progresar honradamente y sin desarraigo, hay posibilidades reales de progresar honradamente con desarraigo y hay posibilidades reales de progresar deshonestamente. En el resto del mundo las posibilidades de progresar honradamente y con arraigo son mínimas y las de hacerlo con desarraigo o deshonestamente son abrumadoras. Chile es primer mundo y ojalá no pierda jamás esa condición.
    Un cordial saludo.

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.