El último sultanato

Un país muy desconocido pero con una historia riquísima que se remonta a los antiguos imperios del creciente fértil. Situados en un punto estratégico, a caballo entre el océano Índico y el golfo Pérsico, entre la India, Persia y Mesopotamia, los omaníes fueron uno de los primeros pueblos marineros de la historia de la humanidad. Quiso el destino, además, que en el siglo XVI se encontrasen con los portugueses, otra nación de marinos que llegó a sus costas para quedarse.

La presencia portuguesa durante siglo y medio sumada a la vocación local por hacerse a la mar les permitió levantar durante los siglos XVIII y XIX un extenso imperio ultramarino que iba de Persia al norte a la actual Tanzania al sur pasando por toda la costa meridional de la península arábiga. De este periodo dorado de la cultura omaní aún quedan numerosos restos en lugares distantes como Zanzíbar, una exuberante isla al sur del ecuador.

Tras aquello llegaron los británicos, que incorporaron Omán a su imperio concediendo, eso sí, una amplia autonomía a sus sultanes. Controlar Omán suponía adueñarse del acceso al golfo Pérsico, algo que se demostraría crucial tras el descubrimiento de grandes reservas de petróleo en aquella zona durante el siglo pasado. Hoy Omán es uno de los países musulmanes más prósperos, abiertos y pacíficos, un país que ha sabido modernizarse sin renunciar a sus tradiciones ni a su rico legado histórico.

En La ContraHistoria de esta semana Alberto Garín y un servidor hablamos sobre la larga historia de este remoto sultanato que, hoy como ayer, sigue ejerciendo de llave de paso entre Oriente y Occidente.

Bibliografía

https://diazvillanueva.com/apoya-la-contra/

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