
Todos a la espera de la declaración de independencia, que ya llega tarde porque la Ley de Transitoriedad especificaba que se haría 48 horas después de conocidos los resultados. Pero tampoc es extraño, si violan la Constitución y el Estatuto, ¿qué no harán con leyes de menor rango por muy suyas que sean? Entretanto el Banco de Sabadell ayer anunció que mueve la sede social, previsiblemente a Alicante, y hoy se espera que lo haga La Caixa. Todos se preparan para lo inevitable. Se han cubierto todas las fases y ahora sólo queda la última y definitiva.
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La sociedad catalana ha estado siempre mayoritariamente en silencio ante la independencia, calculando el beneficio del victimismo nacionalista y otorgando por omisión. Los independentistas no son mayoría pero se adjudican, junto a sus incondicionales, a la mayoría silenciosa otorgante. Esta mayoría, que no se movía ni opinaba porque quieta y callada estaba comodísima, ahora se encuentra incómoda y se mueve. Se mueve en su estilo acomodado y descomprometido, es decir, huyendo un poco y paseando con banderolas. Siguen sin entender que los secesionistas únicamente les quieren sumisos o segregados. El gobierno mientras, hace una ley de fuga reconociendo así que no puede asegurar la seguridad jurídica en Cataluña. Y los sediciosos van notando la fragilidad de la ilegalidad y la soledad de estar en minoría.
Un cordial saludo.