
Las protestas por la muerte de George Floyd en Minneapolis a finales de mayo han puesto al borde del abismo a EEUU y se han extendido al otro lado del Atlántico. A lo largo del fin de semana pasado se convocaron manifestaciones de repulsa en ciudades de todo el viejo continente, en algunas fueron incluso multitudinarias y acabaron en altercados con la policía. Ese fue el caso de Londres, donde los manifestantes vandalizaron el monumento a Winston Churchill en Westminster y luego se enfrentaron con los agentes de policía, simples agentes de calle sin equipo antidisturbios que no esperaban semejante desenlace. En París, en Berlín, en Madrid y en Roma las protestas reunieron a un número considerable de participantes. En Madrid concretamente fueron varios miles y la jornada culminó con una concentración frente a la embajada de EEUU.
Protestar en Europa por un abuso policial en una ciudad estadounidense puede resultar sorprendente, y de hecho lo es, pero el ambiente estaba ya muy caldeado en algunos países a causa de los confinamientos y esto está sirviendo a ciertos movimientos de extrema izquierda como válvula de escape para recobrar el protagonismo en la calle que en muchos lugares habían perdido.
En La ContraRéplica:
- Churchill y el racismo
- Manifestaciones y contagios
- La policía de Minneapolis
- El Salvador confinado
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