El 25 de septiembre el Kurdistán iraquí celebró un referéndum independentista. El resultado fue abrumadoramente a favor del sí, pero Masoud Barzani, el presidente del Gobierno autónomo kurdo, no declarará la independencia. La consulta, realizada a espaldas de Bagdad, no cuenta con el beneplácito ni de Turquía, ni de Irán, pero tampoco de la UE y EEUU. El kurdistán iraquí depende económicamente de Turquía, que ha amenazado con cerrar la frontera e impedir las exportaciones de petróleo kurdo. Barzani ha terminado ahorcándose con su propio referéndum.
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Los kurdos necesitan paz, prosperidad, seguridad e identidad, como todo el mundo. Un Estado kurdo impondrá la identidad, pero será nefasto en todo lo demás. Los políticos independentistas kurdos necesitan reconocimiento y apoyo internacional pero su causa es gasolina para las llamas de oriente medio. El referéndum responde a los compromisos internos de los políticos kurdos y quizás les haya desahogado en algo.
Un cordial saludo