
En poco más de tres semanas, el próximo 26 de septiembre, se celebrarán elecciones federales en Alemania. Unas elecciones muy esperadas porque son las primeras a las que Angela Merkel no se presenta desde el año 2005. En su lugar al frente de la Unión Cristianodemócrata (CDU) lo hace Armin Laschet, actual presidente del Estado de Renania del Norte-Westfalia, un hombre políticamente hábil, pero que carece del carisma de la actual canciller. Frente a Laschet los socialdemócratas del SPD presentan a un peso pesado del partido, Olaf Scholz, vicecanciller y ministro de Finanzas con Merkel. Gane quien gane habrá, por lo tanto, cierto continuismo.
El primer debate a tres tuvo lugar ayer en televisión. Según las encuestas el vencedor del mismo fue Olaf Scholz, pero no de una manera abrumadora. El 36% de los espectadores consultados le dieron la victoria frente a la candidata de Los Verdes, Annalena Baerbock con un 30% y Laschet con un 25%. El vuelco electoral se ve como algo posible. El último sondeo, dado a conocer este fin de semana, es favorable a Scholz. Los socialdemócratas se encuentran a sólo tres puntos de ventaja del CDU. Sólo eso ya es noticia. Desde hace quince años el SPD no tenía opción alguna de ganar unas elecciones. Pero es pronto para cantar vencedor. Esos mismos sondeos ofrecen unos resultados muy ajustados. Los tres principales partidos (CDU, SPD y Verdes) se encuentran más o menos empatados en torno al 20% de los votos.
El empate en las encuestas promete transformarse en una campaña a cara de perro que acaba de dar comienzo y que como guinda final traerá el relevo para Angela Merkel, una mujer que ha dominado la política alemana y la europea durante tres largos lustros.
En La ContraRéplica:
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