El crecimiento chino sigue por debajo de las expectativas, al menos de las de su Gobierno, que registró en 2016 su crecimiento más bajo en 25 años y que este año podría incluso crecer menos. Algunos hablan de estancamiento, pero sin llegar a eso quizá es el momento de hacerse algunas preguntas sobre ciertas variables como el PIB que presenta Pekín y ponerlo en perspectiva con otra como el ingreso disponible, que no es tan alto como el crecimiento del PIB sugiere. El capitalismo chino al final podría terminar siendo un tigre de papel y estemos empezando a verlo ahora.
La economía china es de momento, un país, dos sistemas y ningún auditor. Sus dirigentes dicen que es un dragón, y es cierto que las cuentas flamean y que el yuan lanza zarpazos, pero el teatro chino es milenario y los dragones no existen. Lo mismo el dragón es un disfraz repleto de chinos con el espinazo doblado. Más interesante que la evolución de la posición económica china en el mundo va a ser ver la evolución de los chinos ante esa posición. Una guerra civil les trajo el maoismo, la miseria más inmisericorde les trajo el doble sistema, la prosperidad quizás les traiga, la libertad.
Un cordial saludo.