La España que siempre estuvo vacía

De un tiempo a esta parte se habla sin cesar de la llamada «España vaciada«, algo que se corresponde a grandes rasgos con las dos Castillas, Aragón, el interior de Galicia, Extremadura y las serranías béticas en Andalucía. Según el relato oficial esas zonas de España estaban llenas de gente hace un siglo y la han ido perdiendo por culpa de la inmigración hacia la costa y las principales ciudades del interior como Zaragoza, Valladolid y Madrid. Una inmigración incentivada por los sucesivos Gobiernos.

Bien, eso no es cierto. Lo es que las costas, especialmente la del Mediterráneo, los dos archipiélagos y las grandes ciudades del interior han ganado mucha población en los últimos cien años, pero los habitantes siguen concentrados en los mismos lugares que a principios del siglo XX. Lo vemos en estos dos mapas elaborados con datos del INE.

Población por municipios (1900-2009)

Lo que vemos arriba es que el valle del Guadalquivir estaba ya muy poblado y sigue estándolo. Algo parecido sucede con Madrid y sus alrededores, las provincias de Alicante y Murcia y la costa catalana. Lo que ha aumentado es el número de habitantes. En 1900 España tenía 18,8 millones de habitantes, en 2009 esa cifra alcanzaba los 46,7 millones. La población española en estos 109 años se multiplicó por dos veces y media. En este periodo observamos como ese incremento demográfico se produjo en las áreas que ya estaban más pobladas porque fue allí donde la industrialización y el sector servicios cobró fuerza en la segunda mitad de siglo.

En algunos casos se puede hablar de voluntad política, es decir, los diferentes Gobiernos favorecieron la industrialización de ciertas regiones, lo que atrajo habitantes de otras partes de España. Pero de nada hubiera servido favorecerlo si en estas regiones no se hubiese producido una constante acumulación de capital y la reinversión del mismo. También influyó la ubicación y el clima. El franquismo, por ejemplo, promovió mediante la empresa estatal ENCASO el desarrollo de Puertollano, una pequeña ciudad al sur de Ciudad Real, con la construcción de una refinería y un oleoducto que la conectaba con el puerto de Málaga. Puertollano ganó población con rapidez (pasó de 34.000 habitantes en 1950 a más de 50.000 en 1960), pero volvió a estancarse de nuevo y hoy ese municipio tiene 48.000 habitantes.

En otras partes de España como Cataluña o el País Vasco los Gobiernos hicieron lo posible para que prosperase la industria, pero sobre una base ya existente. Barcelona y Vizcaya habían empezado a industrializarse y a ganar población gracias a la industria desde mediados del siglo XIX. A partir de la década de los 60 el turismo también modificó la demografía, pero sólo la costera. Los turistas de centro y norte de Europa no iban a pasar sus vacaciones a Soria, sino a la Costa del Sol o a Mallorca. Eso llevó gente del interior a la costa mediterránea y a las islas.

Pero los españoles no sólo emigraban dentro del país, durante buena parte del siglo XX también lo hicieron al extranjero. Hasta los años 50 se iban preferentemente a América. Países como Cuba, Argentina o Venezuela eran los destinos favoritos. No es casualidad que en Argentina a los españoles nos denominen de modo genérico «gallegos». Era tan numerosa la inmigración gallega al cono sur que tomaron la región por el todo. Luego empezaron a emigrar a Francia, el Benelux y Alemania. Esos emigrantes salían de toda España, pero sobre todo de las regiones septentrionales como Galicia, Asturias o Cantabria. Así nos encontramos con que una de las áreas más densamente pobladas a principios del siglo XX era Galicia y la cornisa cantábrica, cosa que no sucede ahora. Sus habitantes se fueron marchando al extranjero, a otras zonas de España o a polos industriales de esas mismas regiones como Vigo, Gijón o las cuencas mineras asturianas.

En resumen, con la excepción galaico-asturiana, los españoles, que somos muchos más que hace un siglo, viven en los mismos lugares pero en mayor cantidad. Lo que ya estaba vacío entonces sigue vacío. Ídem con lo que ya estaba lleno. Nadie, ni siquiera Franco con todo el poder del que dispuso durante casi cuarenta años, pudo invertir esta tendencia.

2 Comments

  1. Fernando, pero tomar como referencia 1900 es un tanto sesgado, si tomas como referencia 1950 cambia mucho…

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