La guerra de los viejos

El componente desestabilizador político en España no puede provocar una guerra civil, porque en España no hay más que viejos, y las guerras civiles requieren masas de jóvenes desocupados, con mucho tiempo libre para acudir a mítines de Indalecio Prieto y gente así. Ni siquiera las hordas sin herrar que acuden al fútbol los domingos tienen nada que ver con aquellos hinchas del Estrella Roja de Belgrado, o del Dínamo de Zagreb, que caían en la espiral: matar a un par de futboleros-matar a dos policías-matar a veinte policias-disparar desde lo alto de un campanario. Aquí, la escasa juventud no sabe ni lo que es poner un Kalashnikov en tiro a tiro, en seguro o en ráfaga. Si no han hecho ni la mili. Ni esta generación de ninis ni la mía. Así, cuando se active la cólera de la base social, se tirarán dentaduras postizas los unos a los otros, o se atizarán con el bastón.

Pues así es, y así os lo cuento.

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