
En una rueda de prensa celebrada de forma un tanto precipitada este domingo los presidentes de los bancos UBS y Credit Suisse, los dos mayores de Suiza, anunciaron una fusión forzada por los recientes acontecimientos que pusieron a la segunda de las entidades al borde de la quiebra. La negociación tuvo de hacerse deprisa, antes de que el domingo abriesen los mercados de valores asiáticos. No tardaron, por lo tanto, en llegar a un acuerdo porque la cuestión apremiaba y había mucho dinero en juego. UBS se hacía con Credit Suisse por 3.000 millones de francos suizos (unos 3.032 millones de euros al cambio de ayer), una auténtica ganga que incorpora un descuento del 60% sobre el valor en Bolsa de la entidad y un 90% del valor contable del banco, estimado en 42.000 millones de francos. UBS no pagará en efectivo, sino en acciones a razón de una acción propia por 22 acciones de Credit Suisse.
A los accionistas les ha ido algo mejor que a los tenedores de los bonos nivel 1 del banco, un tipo de deuda pensada para absorber pérdidas cuando un banco quiebra. Para evitar un colapso en Bolsa el Gobierno helvético aprobó, también de urgencia, un paquete de 9.000 millones de francos para contener las pérdidas que tendrá UBS en la absorción y 100.000 millones más en una línea de liquidez. Para UBS esta es la segunda vez que recurre al Estado, la primera la hizo en 2008 cuando reclamó un rescate durante la crisis financiera de aquel año. Desde entonces los directivos de UBS se afanaron en reestructurar la entidad, cosa que no sucedió con Credit Suisse, que no solicitó rescates y no estaba obligado a ello.
Los problemas de Credit Suisse llegaron más tarde. En los últimos años la acción no ha hecho más que caer, un 70% desde 2019, mientras iba acumulando pérdidas. Sólo el año pasado éstas se elevaron a los 7.000 millones de francos. A finales del año pasado presentaron un plan de viabilidad que llegó tarde porque al mercado no le terminó de convencer. Hace una semana la quiebra parecía inminente. Su acción se desplomó en Bolsa tras la negativa de su principal accionista, el Banco Nacional Saudí, de seguir inyectando capital en la entidad. Horas más tarde el banco central de Suiza trató de tranquilizar a los clientes y accionistas de Credit Suisse ofreciendo un rescate de 50.000 millones de francos.
Con eso debió bastar, pero la confianza, algo fundamental en un banco, ya estaba rota. Muchos clientes empezaron a retirar sus depósitos por miedo a una bancarrota desordenada. Las autoridades suizas volvieron a intervenir, esta vez para pedir a UBS, su mayor competidor, que adquiriese Credit Suisse cuanto antes. La operación tuvo que llevarse a cabo a contrarreloj ya que, dado el tamaño de la entidad y el ámbito global de sus operaciones, querían evitarse males mayores.
No estamos ante una fusión deseada, sino motivada por unas circunstancias excepcionales. Integrar ambas entidades será doloroso tanto para los accionistas como para los clientes. Los primeros han pasado de ser propietarios de una empresa sólida, reestructurada y rentable a serlo de un Frankenstein fabricado a toda prisa y sin siquiera el voto de los accionistas. Pero el tamaño de ambos bancos no dejaba otra opción al Banco Nacional Suizo. De lo contrario se enfrentaban a la quiebra de la entidad o a su nacionalización.
En La ContraRéplica:
- El futuro de China
- TikTok y la sociedad idiotizada
- Los pueblos blancos
Suiza es un país con enormes reservas de oro, cuando hay dificultades financieras el gobierno recurre a la venta de toneladas de oro para estabilizar los desequilibrios.
Otros gobiernos, como el de Argentina, imprimen papelitos de colores que rezan «Banco Central de la República Argentina», nadie los quiere y se van devaluando como la manteca se derrite al sol.
Los argentinos compran dólares estadounidenses, eso fortifica la economía de USA, los suizos recurren a sus reservas de oro y el franco suizo se mantiene como moneda fuerte.
En los años ´70 un dólar se cambiaba por 4 francos suizos, hoy un dólar se cambia por 90 centavos de franco suizo (Rappen).
Este artículo de Fernando Diaz Villanueva me parece lo mejor que pueda describir la situación del Credit Suisse.
Tengo una cuenta en el Credit Suisse y simplemente enviaron una notificación que dice:
El banco Credit Suisse se fusionó con el UBS, para sus clientes siguen las mismas condiciones del contrato, las tarjetas de débito y crédito se pueden seguir utilizando y los cambios para los clientes se concretarán a fines de 2023.