
La Asociación de Grandes Empresas de Distribución (Anged), patronal en la que están firmas como El Corte Inglés, Carrefour, FNAC o Ikea, asegura que sus asociados no pueden competir en igualdad de condiciones con Amazon. No nos lo dicen a nosotros, que eso ya lo imaginábamos, se lo acaban de decir al Gobierno para que cree un nuevo marco normativo más «moderno y flexible». Tienen razón, la legislación comercial en España está anticuada y hace que competir con los comercios online les sea muy difícil. Los políticos han ido, como siempre sucede, por un lado y los consumidores por otro. Los consumidores hoy en España cada vez compran más en la red.
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Regular los horarios comerciales es decirle al comerciante cuándo puede disponer de su propiedad y al cliente cuándo puede ejercer su libertad. Regular los horarios comerciales es decirle a un motor económico cuando ha de dejar de funcionar. Regular los horarios comerciales es intervenir en las acuerdos que comerciantes y clientes toman libremente para relacionarse. La potestad para coartar la libertad la tiene el Estado, la intención coercitiva la tienen grupos de presión de entre los comerciantes y la liberación la tiene la tecnología. Cuando un regulación resulta inútil la respuesta estatal no es la desregulación sino la hiperregulación, que resulta hiperinútil.
Un cordial saludo.