Así se hizo el Metro

Lo conocemos como Metro, un apócope de ferrocarril metropolitano, y es lo que permite a las grandes ciudades no colapsar cada mañana y cada tarde en hora punta. El Metro fue una de las grandes aplicaciones que, a finales del siglo XIX, encontraron para el ferrocarril. Reducido a su expresión más básica el Metro es una red de ferrocarriles que circulan por el centro de las ciudades haciendo la mayor parte de su recorrido bajo tierra. Esa es la razón por la que en Argentina al Metro se le conoce como Subterráneo o «Subte». Buenos Aires fue, de hecho, una de las primeras ciudades del mundo en contar con una red de Metro, abrió sus puertas en 1913 y en aquel momento los ferrocarriles metropolitanos eran una rareza que sólo podía verse en grandes urbes como Londres, Nueva York, París o Berlín.

Construir una red de Metro era (y sigue siendo) algo muy costoso y que entraña cierta complejidad técnica. Hasta 1950 sólo había 17 ciudades en todo el mundo que tenían Metro. Entre ellas se encontraban Madrid y Barcelona que inauguraron su primera línea en 1919 y 1924 respectivamente. Hoy, cien años después, ambas ciudades disfrutan de sistemas de Metro muy extensos. La de Madrid, por ejemplo, es la tercera más extensa de Europa tras la de Londres y la de Moscú.

Pero para llegar hasta aquí ha hecho falta más de siglo y medio. La primera línea de Metro fue la de Londres que empezó a operar en 1863 aunque con locomotoras de vapor, se electrificaría en 1890 y en eso también sería la primera. La ciudad crecía a mucha velocidad y era demasiado lento atravesarla en superficie. No tardaron en seguir su ejemplo otras grandes ciudades en Europa y América. La modernidad llegaba en Metro. Sin él el crecimiento urbano era mucho más complicado. Pero el Metro no hubiese sido posible sin la invención previa del tranvía, que es su humilde pariente que circula a ras de suelo. Hoy en La ContraHistoria vamos a descubrir la historia de un medio de transporte que millones de personas de todo el mundo usan a diario, una herramienta fundamenta en la vida de mucha gente que parece que siempre estuvo ahí, pero no, antes hubo que inventarlo y construirlo.

En El ContraSello:

  • La Comuna de París
  • La decadencia española

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