Cervera, heroísmo en la derrota

Recientemente, la alcaldesa de Barcelona mandó retirar del callejero el nombre del Almirante Cervera, al que tildó de “facha”. Cervera, aparte de marino ilustre y héroe de guerra, murió una década antes de que surgiera el fascismo. Esta es su vida, la de un marino de su época al que le tocó vivir algunos de los momentos más apasionantes, pero también más comprometidos de la historia de España del siglo XIX. La biografía de Pascual Cervera y Topete es, de hecho, una pequeña biografía de aquel país que transitó de las guerras carlistas a la guerra de Cuba.

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1 Comment

  1. La diferencia emocional entre rendirse en el puerto de Santiago de Cuba o rendirse en navíos vencidos, hundidos o embarrancados, tras una huida con desigual intercambio artillero, es la sensación de haber combatido frente a la cobardía se asumir la inferioridad y la derrota. Cervera y las tropas españolas no lucharon hasta la última gota de sangre del último soldado, en la tradición de los Tercios o el camino del samurái, no, Cervera entregó 1890 prisioneros, 151 prisioneros heridos y 343 cadáveres. Muerte y sangre por el honor de Cervera y de España que solo habrían hecho dicho honor si Cervera, en vez de decidir rendirse un poco más allá que acá, hubiese decidido rendirse después de muerto. El heroísmo es un sacrificio supremo y voluntario que puede ser tomado como absurdo por el enemigo pero que da sentido a una vida de honor. Cervera sacrificó a otros por Cervera y por España. No es tan extraño que no esté en la memoria colectiva ni que todas las plazas de España no lleven su nombre.
    Un cordial saludo.

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