El Banco de España empeoró esta semana las previsiones económicas al estimar una caída del PIB para este año que oscilará entre el 9% y el 15%. La crisis no acabará ni mucho menos en 2020, según el supervisor continuará en 2021 y 2022. España no recuperará el PIB de 2019 hasta 2023, por lo que más que de recesión deberíamos empezar a hablar de depresión. La economía española será la que más sufra de la zona euro, lo cual tampoco es extraño habida cuenta de la dureza del confinamiento que padecimos entre los meses de marzo y mayo y de la dependencia que el país tiene de sectores como turismo, uno de los más afectados por las medidas de distanciamiento social y el recorte en la capacidad de aviones, hoteles y negocios de hostelería.
Otro de los factores que ayudan a explicar la severidad con la que España sufrirá la crisis es el gran número de autónomos y pymes que, por su tamaño, no disponen de músculo financiero y carecen de herramientas para mitigar la falta de liquidez. La pregunta que muchos se hacen es cuándo empezaremos a sentir lo más duro de esta depresión que promete ser peor que la de 2008. Hoy en La ContraCrónica desentrañamos las claves.
En La ContraRéplica:
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