¿Desaparecerá la City con el Brexit?

Lo contaba la semana pasada El Confidencial: el éxodo bancario ya ha comenzado y se intensificará en los próximos meses. El diario apuntaba a Fráncfort como la gran beneficiada. Al parecer hay varios gigantes de la banca que han confirmado su traslado. A la ciudad del Meno se irán el Citi, Goldman Sachs, JP Morgan, UBS, Nomura y unos cuantos más. A Dublín se marchará Barclays, Bank of America y Credit Suisse, a París el HSBC y a Amsterdam el Royal Bank of Scotland. Madrid y Milán se quedan compuestas y sin novio a pesar de contar con dos parqués bursátiles importantes y cierto tejido financiero. A Madrid se trasladará RIA Money Transfer, pero eso ya se sabía antes del Brexit. La oficina de RIA en Madrid ya llevaba áreas enteras como Hispanoamérica, África y Oriente Medio, es decir, que ya realizaba parte de su actividad desde España. RIA, por lo demás, no es propiamente un banco, se dedica a los envíos de dinero, es, de hecho, el líder mundial en remesas al extranjero. Pero la sede central de RIA no estaba en Londres. Estaba y sigue estando en EEUU. En Londres tiene la sucursal europea y esta es la que se mudaría a Madrid.

Ídem con el resto de firmas. Que las sucursales europeas de los grandes bancos se vayan a Fráncfort tiene todo el sentido. La Bolsa alemana es muy potente y allí se encuentra la sede del BCE. Es una ciudad, en suma, especializada en las finanzas, un mini Manhattan en mitad de la gran llanura europea. Y, como tal, uno de los lugares más aburridos y con menos carisma del mundo. Ahora bien, todo lo que se trasladaría a Fráncfort sería la sede europea, no todo el banco. Eso implica movimiento de personal -tampoco demasiado- y poco más. Será indudablemente una contrariedad, especialmente para los afectados, porque cambiar Fráncfort por Londres es como cambiar Albacete por Madrid, que también tiene su encanto, pero, claro, no es lo mismo.

Pero un centro financiero es algo más que el hecho de que albergue la sede social de este u otro banco. La capital financiera de España es Madrid. Aquí están las principales aseguradoras, los fondos y, naturalmente, los bancos. ¿Tienen todos la sede en Madrid? No exactamente. El Santander la tiene, como su nombre indica, en Santander, ciudad que vio nacer a la entidad en 1857. El BBVA la tiene en Bilbao, Caixabank en Barcelona, Bankia en Valencia y el Sabadell, bueno, pues en la propia Sabadell. Ninguno de los grandes bancos españoles tiene la sede social en Madrid, lo que vendría a confirmarnos que un centro financiero es algo más que un montón de sedes sociales.

Algo parecido podría suceder con Londres. La ciudad sigue estando en el mismo sitio, a medio camino entre América y Asia, entre las grandes plazas de Norteamérica y Extremo Oriente. El Brexit tampoco cambia el hecho de que Londres sea una importante plaza financiera desde hace siglos. La Bolsa londinense tal y como la conocemos data de 1801, pero su antecesor, el Royal Exchange, es de tiempos de Isabel I a finales del siglo XVI. Se creó a imagen y semejanza de la Bolsa de Amberes, que en aquel entonces era la más importante de Europa. En todo este tiempo bien podrían los ingleses haber acabado con su Bolsa, pero no lo hicieron. Al contrario, siempre trataron con mimo a las finanzas y a los financieros. Y siguen haciéndolo.

Hoy Londres cuenta con uno de los marcos regulatorios más propicios para el sector financiero de todo el mundo. Eso no ha cambiado con el Brexit ni parece que haya intención de que cambie por parte del Gobierno británico. El Londres, por ejemplo, se compran y venden más dólares que en cualquier otro lugar del mundo y está a la cabeza en trading de yuanes junto a Hong Kong. En este comercio tan jugoso la Unión Europea ni entra ni sale. Y quien dice compraventa de divisas dice gestión de fondos de todo tipo, desde los inmobiliarios hasta los de capital-riesgo pasando por los de cobertura. Londres, en definitiva, es un centro financiero de alcance mundial. Si alguien puede arrebatarle el cetro que actualmente ostenta no será Fráncfort ni París, sino otros centros similares como Singapur o Hong Kong.

Y, aún con todo, para conseguirlo tendrían que hacerlo muy mal los londinenses porque un emporio de estas características no se hace de un día para otro, no se cambia con una firma. Londres tiene la infraestructura ya montada. Empezando por el capital humano, y no sólo el de los bancos, sino el auxiliar. Las entidades financieras necesitan ejércitos de abogados, auditores y expertos de diversas ramas todos muy cualificados y que, por lo tanto, no abundan. Londres lleva siglos importando personal de la máxima calidad. Eso no se esfuma en un día. Tiene, asimismo, una infraestructura física de primera clase. Un imponente sistema de transportes, gran disponibilidad de oficinas, el aeropuerto más grande del continente y redes de datos ultrarrápidas que garantizan la fluidez de la operativa financiera. El resultado final es que, a día de hoy y desde hace muchos años, por Londres pasan suavemente y sin contratiempos miles de millones de dólares.

¿Podría empezar a pasar todo ese tráfico por Fráncfort? Por poder sí, obviamente, pero no de un día para otro. Si al final se lleva a cabo el Brexit duro una parte del negocio se trasladará al continente, eso es innegable, pero solo una parte. Para el grueso de la actividad la amenaza viene más del estrecho de Malaca que que de las riberas del río Meno. Londres simplemente juega en otra división, tan sólo tiene que esforzarse en mantener la categoría y no dispararse un segundo tiro en el pie.

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2 Comments

  1. Quienes ubican sus sedes europeas fuera del Reino Unido lo hacen porque obtienen ventajas por ello. La City queda mermada por la suma agregada de este tipo de decisiones y queda obligada a esfuerzos futuros continuos e intensos para volver a ser lo que era y aún es. El drama es que la fuga de bancos no es un problema concreto a superar, sino un signo más de una tormenta de acontecimientos desfavorables que se avecina hacia el Reino Unido y que se prevé potente y prolongada. No es el fin de la City pero quizá sí el de la City que conocimos.
    Un cordial saludo.

  2. Estimado Pizarro

    Lamento que te hayas sumado al coriferio de interesados (los que saben) e ignorantes (los que no saben) acerca de los desastres del Brexit para los británicos.

    Con mirar las cifras de crecimiento y ver los pasos que está dando Reino Unido para convertirse en un paraíso fiscal de primer orden, claramente se ve que lo que peligra es la zona euro

    Pero claro, que los ciudadanos opten por la soberanía nacional es peligroso para las Corporaciones y para los burócratas de Bruselas, que ya dijo Juncker claramente que no se debe preguntar a los ciudadanos porque se corre el riesgo de que digan lo que no deben

    Y Fernando, ni una palabra de otro «liberal» que vive del Régimen y del presupuesto público, Lacalle.

    Como adelanté en mi comentario en tu blog sobre el libro presentado por él https://diazvillanueva.com/2017/06/08/como-hablar-con-un-progre/
    por supuesto, aparte de cobrar un suculento sueldo por nada, lo que hizo es chupar.

    Desde luego, atraer bancos de la City, ni medio. Cosa que estaba clara desde el principio, y peor, Fernando, que sé que tú sabes, porque depende de otros factores como seguridad jurídica, corrupción, fiscalidad, etc…

    Poco recorrido hay con tales «liberales», la verdad

    Saludos

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