El plan de choque económico anunciado por Nicolás Maduro hace un par de semanas no funciona, o funciona en sentido inverso. No ha solucionado ninguno de los problemas que venía a remediar y ha creado algunos nuevos. El bolívar soberano es víctima de la inflación y pierde valor conforme pasan los días. En la calle, entretanto, no hay efectivo disponible de la nueva divisa. Esto ha instalado al país en un corralito no declarado. Los bancos limitan el acceso a efectivo y en los cajeros los que lo consiguen sólo pueden retirar un puñado de bolívares.
El Gobierno se ha encargado de poner innumerables restricciones a las transferencias y el pago con tarjetas. Un caos prácticamente perfecto al que se suma el éxodo de cientos de miles de venezolanos por las fronteras en todas direcciones. Pensábamos que la Venezuela bolivariana había tocado fondo, pero no, vemos que ha empezado a escarbar.
[os-widget path=»/diazvillanueva/tu-opini%C3%B3n-mejora-la-contracr%C3%B3nica»]
Escapar del corralito
Como el valor del bolivar soberano está ligado al petro y el petro al barril de crudo venezolano y el este a las supuestas reservas de 3.500 millones de barriles que precisan de 20.000 millones de $ de inversión que ni está ni se la espera, pues el valor del bolivar soberano es una soberana mierda. Y como el bolivar soberano es impresentable y inoperante, la solución de Nicolás ha sido tintar pocos papelitos, chuleárselos al personal y empezar a vallar el cortijo para que los pocos que aún tengan algo de valor no hagan lo único razonable. El problemón de Venezuela no es el inevitable corralito sino que lo que están cercando es una escombrera. Me preguntaba mi hijo si tanta desesperación no llevará a una guerra y yo le contestaba que la inmensa mayoría de los desesperados han optado por grandes pérdidas y grandes sacrificios en un éxodo lleno de rabia pero sin cainismo asesino. Previsiblemente las próximas generaciones de venezolanos tragarán hiel a espuertas pero, si consiguen evitar una guerra civil, la reconstrucción será un empeño más asequible.
Un cordial saludo.